Son muchos los artículos que en este blog hemos dedicado a los vibradores. No podía ser de otro modo. Al fin y al cabo, los vibradores son unos de los productos estrella en el mercado del juguete erótico. Hemos hablado aquí de la historia del vibrador y de los diferentes tipos de vibradores que podemos encontrar en el mercado (vibradores de lengua, vibradores rampantes, vibradores para el punto G…). En todos esos artículos hemos destacado cómo el vibrador puede ser no sólo un maravilloso instrumento en manos de la mujer (o del hombre) para intensificar y mejorar las sensaciones proporcionadas por la masturbación, sino también un instrumento fantástico en manos de las parejas para enriquecer su vida sexual.

Para que eso se produzca, el hombre debe procurar ver al vibrador como un cómplice, un compañero o un aliado, y no como un rival o un competidor. El hombre ha mirado con prevención al vibrador desde siempre. Habitualmente más grande que el pene medio y, por supuesto, mucho más incansable, el vibrador ha sido históricamente para el hombre ese extraño que va a hacer que nuestra pareja nos mande a comprar el diario o a dar un paseo y que va a robarnos el protagonismo que siempre quisimos tener en los asuntos de cama. Evitar este tipo de pensamiento es fundamental para, gracias a ello, enriquecer la sexualidad gracias al uso del vibrador en pareja.

Para que eso sea así, la mujer debe realizar un esfuerzo de empatía y, poniéndose en la piel del hombre, intentar comprender sus prevenciones. Para evitar que el hombre se arrugue (literalmente) ante la posibilidad de hacer uso del vibrador en pareja, la mujer debe integrarlo poco a poco en la relación. Para ello sería recomendable que la mujer posea, en mayor o menor grado, un poco de experiencia en el uso del vibrador. No es lo mismo usar un vibrador en solitario que usar un vibrador en pareja.

El hombre, por su parte, debe intentar, también, que la mujer no se sienta sola utilizándolo. El uso del vibrador en pareja exige la mutua implicación de los dos miembros de la familia. Sabemos que para un hombre puede resultar muy excitante el contemplar cómo su pareja se masturba (sólo hay que ver cuántos hombres visionan mujeres masturbándose al ver porno on line), pero participar en ese acto masturbatorio implicándose en él y aportando nuestro granito de arena servirá no sólo para aumentar el placer experimentado por nuestra pareja, también servirá para aumentar nuestro nivel de excitación. Acompañar la mano de la mujer mientras se masturba o introducir un dedo en su vagina o su ano mientras ella, pongamos por ejemplo, aplica el vibrador sobre su clítoris puede ayudar a que la mujer se deshaga de placer.

No hace falta decir que si siempre resulta fundamental el mantener una higiene adecuada de los juguetes sexuales, ésta debe extremarse todavía más cuando dichos juguetes se comparten. La mejor limpieza de un vibrador es aquélla realizada a base de agua y jabón neutro. Un buen secado y el guardar el vibrador en el lugar adecuado son, también, medidas imprescindibles para mantener nuestro juguete erótico en perfecto estado. (Si deseas saber más detalles sobre el mantenimiento y cuidado de los juguetes eróticos, accede a nuestro artículo “La limpieza de los juguetes eróticos”).

Si al usar el vibrador en pareja se va a alternar algún tipo de penetración entre hombre y mujer o anal y vaginalmente, hay que prevenir el contagio de infecciones utilizando un preservativo que sirva para aislar al vibrador de las mucosas anales o vaginales.

Para usar el vibrador en pareja la mujer debe ir creando poco a poco una atmósfera lúdica en la que el vibrador tiene su importancia, sí, pero también los tienen los besos, los lamidos, los mordiscos, las succiones. Caricias y estímulos suaves irán muy bien a esos momentos previos a la introducción del vibrador en los juegos de pareja. Si esos estímulos y caricias no se concentran, de buenas a primeras, en la zona genital, mejor que mejor. Iniciar la relación erótica con una acción directa del vibrador sobre los genitales resultaría, seguramente, contraproducente para el éxito del uso del vibrador en pareja.

A fuerza de estimular sus hombros, su nuca, su espalda o sus pies, el hombre irá relajándose y ganando confianza respecto a las “intenciones” del vibrador. Cuando esa confianza se haya afianzado, el vibrador ya podrá viajar hacia unas zonas mucho más sensibles y directamente erógenas. ¿Qué zonas son ésas? En el hombre pueden ser el pubis, el tronco del pene, en la base del mismo, en la entrepierna, en perineo y, por supuesto, en el ano. La estimulación prostática con el vibrador conduce a un orgasmo más intenso, pero este tipo de estimulación es, para muchos hombres, un tema tabú. El que el placer anal masculino se asocie culturalmente a la homosexualidad hace que muchos hombres heterosexuales rechacen directamente este tipo de estimulación.

En el caso de la mujer, las zonas a estimular en los juegos con el vibrador en pareja pueden ser los pezones, los labios mayores y menores, el vestíbulo vaginal, el perineo, el ano y, por supuesto, el clítoris. Al estimular el clítoris femenino cuando se usa el vibrador en pareja hay que tener en cuenta los consejos que ya dimos en nuestro post “Productos eróticos para la estimulación del clítoris”. Para estimular el clítoris al utilizar el vibrador en pareja hay que colocar el aparato en su modo de vibración más bajo. El clítoris, como sabemos, es muy sensible, y una vibración demasiado intensa sobre él puede causar más dolor que placer.

Toda la estimulación que con el vibrador se efectúe sobre los genitales tanto femeninos como masculinos cuando se utilice el vibrador en pareja debe realizarse contando con la inestimable ayuda de un buen lubricante. Será el lubricante quien facilite el deslizamiento del vibrador sobre la piel y quien evite irritaciones en el saco escrotal, la piel del pene, la mucosa vaginal, etc.