El verano afecta a la libido. Positivamente. Disponer de mayor tiempo de ocio y estar más descansados tiene que ver con ello. Los cambios hormonales que se producen por gozar de más horas de sol también son responsables de esa mayor predisposición al sexo que habitualmente tenemos las personas cuando llega el verano. Después de todo, el sol es responsable directo de que nuestros niveles de testosterona aumenten. Y más testosterona implica dos cosas. Una: tener más ganas de sexo. Dos: tener más fantasías eróticas. Nuestra imaginación erótica se dispara en verano y cualquier lugar nos parece un lugar propicio para practicar sexo. Entre esos lugares hay uno que se podría decir que ha llegado a convertirse en una fantasía concurrente de mucha gente. Estamos hablando de la playa, un lugar que, por la presencia del mar, está adornado de un cierto halo romántico, en especial cuando se hace de noche y sobre él solo cae la luz que sobre la Tierra vierten la Luna o la estrellas.

En este artículo de El Blog de SexshopDreams queremos dar una serie de consejos a tener en cuenta si se desea practicar sexo en la playa. Quizás te sirvan para hacer realidad (si no lo has hecho ya) esa fantasía y para convertir este verano que avanza al galope hacia el otoño en un verano especial e inolvidable.

Lo primero que se debe hacer si se quiere tener sexo en la playa es encontrar una playa propicia para ello. Lógicamente, las playas de Benidorm o Lloret de Mar a las 12 del mediodía de un día de mediados de agosto no parecen ser lugares muy propicios para gozar de los placeres del sexo. Por muy exhibicionista que se sea, tener sexo en la playa cuando se está rodeado de familias al completo y de una marabunta de bañistas de sol y/o agua no parece muy factible ni placentero. Dejando aparte, claro, la casi segura multa que se podría recibir por ello. Tener siempre presente la legalidad vigente del lugar en que se está es fundamental cuando se desea tener sexo en la playa. No en vano, hay países en los que se paga con penas de cárcel el hecho de ser sorprendidos practicando sexo en lugares públicos. Países como Grecia o Italia, sin ir más lejos, penan el practicar sexo en la playa con penas que pueden llegar a los dos años de prisión. Así, para tener sexo en la playa (aunque lo hagamos en España) hay que buscar una playa poco frecuentada y, sobre todo, buscar esas horas en la que la mayoría de las personas que van a la playa ya han marchado de ellas. El atardecer o, directamente, la noche, serían las mejores horas para dedicarnos a estos placenteros menesteres.

Una vez seleccionada la playa en la que vamos a hacer el amor o, cuanto menos, vamos a gozar de las delicias del sexo, hay que determinar en qué parte en concreto de la playa vamos a ponernos. Básicamente podemos escoger dos zonas: o la zona de arena seca o la zona, más cercana a la orilla, de arena húmeda. La primera tiene la incomodidad de que la arena acostumbra a pegarse al cuerpo, en especial cuando éste empieza a sudar. Para evitar esto, lo más recomendable es, siempre, utilizar una sábana o una toalla. Un objeto de este tipo ocupa poco espacio en nuestro bolso (también se puede llevar echado al hombro) y, sin duda, nos hace más cómodo y placentero el practicar sexo en la playa. Pese a todo, siempre es posible que algo de arena quede pegada a nuestro cuerpo al terminar. Para prever esto recomendamos el llevar una botella de agua que nos sirva, una vez hayamos acabado con nuestra sesión de sexo en la playa, para enjuagar aquellas partes de nuestro cuerpo a las que se hubiese pegado la arena.

La zona de la arena húmeda de la playa, por su parte, presenta varias ventajas. Una es que, al estar más cerca del agua, es más fresca que la zona seca. Otra es que nos ofrece la opción, incluso, de practicar sexo dentro del agua. Ésta, además, serviría para cubrir la desnudez de nuestros genitales y los de nuestra pareja, lo que, de alguna manera, nos serviría para ponernos a salvo de la mirada de los demás. Eso sí: al optar por tener sexo dentro del agua hay que tener presente que el preservativo no es compatible con su uso dentro del agua.

Hay parejas que a la hora de buscar un lugar para tener sexo en la playa optan por meterse en el agua y, para estar más protegidas de las miradas de terceros, se sitúan cerca de las rocas para, así, ocultarse a esas miradas. Nosotros desaconsejamos totalmente hacer eso. Es peligroso. Un golpe de mar puede empujarnos contra las rocas y podemos acabar golpeándonos con ellas. El riesgo es, sin duda, enorme.

Otro aspecto (fundamental) que hay que tener en cuenta si se desea tener sexo en la playa y, sobre todo, si vamos a practicar algún tipo de penetración dentro del agua es que el uso de lubricante es absolutamente necesario. No hay que relacionar en ningún momento la presencia del agua con la humedad y la lubricidad de la relación. Al contrario: el agua juega en contra de la lubricación femenina. El flujo vaginal de la mujer se disuelve con el agua y la fricción propia de la penetración y del coito acostumbra a volverse desagradable y molesta. Si se va a tener sexo en la playa, pues, hay que llevar un buen lubricante que, lógicamente, tenga propiedades que le permitan resultar efectivo dentro del agua.

El siguiente consejo al que hay que atender si se desea tener sexo en la playa tiene que ver con la seguridad. Con la seguridad de nuestras propiedades, principalmente. Nuestros enseres (bolso, cartera, etc.) deben estar al alcance de nuestra mano, ya que si no corremos el riesgo de que alguien, aprovechando que nuestra atención está centrada en otros quehaceres, intente apropiarse de algo que es nuestro. Lo mejor, en cualquier caso, cuando se tiene intención de practicar sexo en la playa, es dejar los objetos de valor en casa o en el coche.

Cuando se va a practicar sexo en la playa hay que ir vestido con ropa cómoda, ropa que se pueda quitar y, en especial, poner rápidamente. El poder vestirse en un segundo en caso de ser descubiertos o interrumpidos es fundamental cuando se quiere tener sexo en la playa.

Cuando se desea practicar sexo en la playa hay que priorizar, ante todo, la rapidez. Rapidez para desnudarse, rapidez para vestirse y rapidez, también, a la hora de practicar el coito. El sexo en la playa es un sexo de rapidito. La playa, por la posible presencia de gente y por la alta probabilidad de ser pillados in fraganti, no es un lugar indicado para experimentar con posturas eróticas ni para brindarse a una lenta y larga sesión de sexo. El sexo en la playa debe ser un sexo de aquí te pillo y aquí te mato, un sexo de apretón, un desfogue puntual e intenso. Para el sexo lento y romántico ya están inventadas las camas y los dormitorios.

Finalmente, recomendamos encarecidamente que la pareja que haya practicado sexo en la playa que, una vez gozada la experiencia, se dé una buena ducha al llegar a casa. ¿Por qué? Porque el agua del mar no es un agua tratada como lo es la del grifo y, por tanto, puede contener bacterias que pueden resultar especialmente peligrosas para la zona genital femenina. Las mujeres que tengan mayor tendencia a padecer candidiasis deben extremar sus precauciones al respecto.

Esperamos que estos consejos te ayuden este verano a gozar del sexo en la playa. Como te hemos indicado anteriormente, no olvides llevar lubricante. En el catálogo de productos eróticos de SexshopDreams encontrarás una gran variedad de ellos y a un precio excepcional.