Fue en 1960 cuando la PAOC o píldora anticonceptiva oral combinada empezó a utilizarse en Estados Unidos como anticonceptivo. Compuesta por diversas hormonas, la píldora anticonceptiva sirve para evitar el embarazo. Compuesta por gestágenos y estrógenos (dos tipos de hormonas), los primeros sirven para inhibir la ovulación y los segundos para otorgar regularidad a los sangrados menstruales.

Sin duda, la píldora anticonceptiva ha sido uno de los grandes avances en la historia de la liberación de la mujer. Gracias a la píldora anticonceptiva, la mujer ha podido controlar su propia capacidad para quedar embarazada con una fiabilidad infinitamente mayor que la que concedía el método Ogino-Knaus. Éste, ideado por el ginecólogo japonés Kysaku Ogino en 1924, consistía básicamente en contar los días del ciclo menstrual y elegir los días apropiados para, a partir de ese cálculo, saber en qué días podía la mujer mantener relaciones sexuales sin por ello quedar embarazada.

No hace falta decir que este método resulta altamente arriesgado. Un mal cálculo o una menstruación poco regular puede dar como resultado un miembro más en la familia. No son pocas las bromas que se han gastado a lo largo de la historia sobre los seres humanos que pululan sobre la superficie terrestre y que, de manera metafórica, podrían ser considerados hijos indirectos del doctor Ogino. Por eso y, por supuesto, por el grado de liberación que aportó a la mujer, hay que aplaudir la aparición de la píldora anticonceptiva oral combinada como uno de los grandes avances de la historia de la Medicina y la Ginecología.

Pero no todas las mujeres han querido recurrir a la píldora anticonceptiva para regular su fertilidad ni planificar su vida sexual. Algunas han argumentado que la píldora les provocaba aumento de peso. Otras, que aumentaba su hipertensión. Tampoco ha faltado ni falta quien ha argumentado o argumenta que el consumo de la píldora anticonceptiva oral combinada puede incrementar las posibilidades de padecer algún tipo de cáncer. Y hay mujeres que, simplemente, rechazan frontalmente el hecho de ingerir hormonas.

Anticonceptivo sin hormonas y natural

Esas mujeres, que a la hora de buscar métodos anticonceptivos han rechazado la ligadura de trompas o han tenido que recurrir al empleo del diafragma, el LeaContraceptivum, el DIU de cobre o el preservativo, pueden estar de enhorabuena. Un equipo de la Universidad de California de Berkeley ha realizado un estudio en el que se sostiene que es posible crear un nuevo anticonceptivo sin hormonas que garantice el que la fecundación no tenga lugar y que permite el mantenimiento de relaciones sexuales “a pelo”. Vamos a ver cómo funciona y en qué consiste ese nuevo anticonceptivo.

¿Tienes presente la imagen del espermatozoide? ¿Visualizas esa forma microscópica de renacuajo que se mueve, también, aproximadamente como él? ¿Estás viendo con los ojos de la imaginación ese cuerpo con forma de pera y esa colita/flagelo que no para de moverse? Pues, bien, esa colita es la que ayuda al espermatozoide a desplazarse y es la que le da fuerza para, al contactar con el óvulo, perforar la barrera de éste. Para que este acontecimiento se produzca y la fecundación tenga lugar, es decir, para que se fusionen el núcleo del espermatozoide y el núcleo del óvulo dando como resultado la formación del cigoto, debe darse otra circunstancia: que la progesterona segregada por el ovario active el canal de calcio del esperma.

El calcio cumple dos funciones capitales en todo el proceso de la fecundación. En primer lugar, hace que el movimiento del flagelo del espermatozoide propulse a éste con mayor fuerza. En segundo lugar, estimula la liberación de unas enzimas que, liberadas, ayudan a perforar las paredes del óvulo permitiendo así que espermatozoide acceda a su núcleo. Así, si la mencionada activación del canal del calcio no se produce, la fecundación es imposible.

anticonceptivo de barrera

Y es eso mismo, desactivar el mecanismo del calcio en el espermatozoide, lo que ha conseguido un equipo de investigadores de la Universidad de California en Berkeley. ¿Cómo lo ha conseguido? Sintetizando y uniendo la pristimerina y el lupeol, dos sustancias que se encuentran presentes en distintos tipos de plantas. Las pristimerina, por ejemplo, puede extraerse de la raíz y el tallo de la mortonia, un género de arbustos. El lupeol, por su parte, puede extraerse de frutas como los mangos, las uvas o las olivas. Al unir la pristimerina y el lupeol se crea una combinación que, sin utilizar hormonas de ningún tipo, evita la hiperactivación del esperma y, por tanto, la fertilización de los óvulos por parte de aquél.

El hecho de no utilizar hormonas es uno de los dos argumentos que, a favor de este nuevo anticonceptivo, acostumbran a esgrimir sus creadores. El otro argumento con el que los investigadores de la Universidad de California de Berkeley suelen cantar las alabanzas de este anticonceptivo es el de ser unisex. Es decir: que este nuevo anticonceptivo sin hormonas que actúa sobre el mecanismo del calcio del espermatozoide es tan eficaz tanto si lo toma el hombre como si lo toma la mujer. En el caso del hombre, éste debería consumirlo de manera similar a como la mujer consume la píldora anticonceptiva. En el caso de la mujer, ésta debería tomar el nuevo anticonceptivo tomándolo antes de mantener la relación o durante las seis horas posteriores al coito.

La gran función del preservativo

Ciertamente, este nuevo anticonceptivo puede resultar muy atractivo para todas esas mujeres (y hombres) que ponen reparos a la ingesta de cualquier tipo de medicamento, pastilla, etc. Para estas mujeres seguirá existiendo la posibilidad de recurrir a los ya mencionados métodos anticonceptivos de barrera. Entre todos ellos, nosotros defendemos siempre el uso del humilde preservativo.

Nuestra defensa del preservativo como anticonceptivo se fundamenta en diversas razones. La primera, que nos parece capital, es que el preservativo puede cumplir una doble función: por un lado puede impedir el embarazo y, por otro, fundamental, puede impedir la transmisión de una enfermedad de transmisión sexual.

Por otro lado, el preservativo es fácil de usar y transportar y la responsabilidad de su uso recae no sólo en la mujer. También recae en el hombre. Es más: éste puede sentirse más “protegido” y menos expuesto a la posibilidad de que la mujer quede embarazada si es él mismo quien aporta el preservativo a la relación.

Si eres hombre y quieres gozar de esa garantía (o si, por el contrario, eres mujer y quieres servirte del preservativo tanto para evitar un hipotético embarazo como para eludir el contagio de una posible enfermedad de transmisión sexual), en SexshopDreams, tu sex shop on line de confianza, puedes encontrar una amplia variedad de preservativos.