Las bolas tailandesas o anal beads, son un juguete sexual destinado tanto a hombres como a mujeres.

¿En qué consiste este sextoy, denominado también bolas anales? Básicamente, en una ristra de esferas de silicona o gelatina unidas a un cordón del mismo material y que están destinadas a ser introducidas en el ano. Al final de dicho cordón hay una anilla para poder tirar y extraer el juguete cuando éste está introducido en el ano.

¿Qué se consigue con ello? Incrementar la sensación de placer al llegar al momento del orgasmo.

Las bolitas que forman este juguete erótico suelen estar colocadas de menor a mayor a lo largo del cordón y el tamaño de ellas oscila entre el centímetro y los 2,5 cm.

No hay que confundir este producto con las bolas chinas. Las bolas chinas están destinadas a la introducción vaginal, tienen un tamaño algo mayor (su diámetro oscila entre los 3 y los 4 cm) y suelen ir por pares.

Las anales, por su parte, suelen agruparse en cantidades de entre 3 y 10 bolitas. Algunos modelos incorporan la posibilidad de vibración para aumentar con ello el efecto estimulador de este sextoy.

Otra diferencia entre unas y otras tiene que ver con la utilidad de ambas. Mientras las chinas están destinadas al placer pero, principalmente, sirven para reforzar la musculatura del suelo pélvico gracias a la vibración que producen dentro de la vagina las bolitas más pequeñas que contienen las dos esferas que la forman; las anales están destinadas única y exclusivamente a la estimulación sexual y, por lo tanto, a producir placer.

Bolas tailandesas

¿Cómo se usan las bolas tailandesas?

La primera norma de uso a tener en cuenta cuando se va a utilizar este tipo de estimulador anal es la de la higiene. Darse una buena ducha (con irrigación anal incluida) es tan aconsejable como limpiar convenientemente con agua y jabón el sextoy antes de utilizarlo.

El hecho de que estén hechas de materiales hipoalergénicos no exime, lógicamente, de que la higiene de las mismas, sobre todo una vez que ya han sido usadas, no sea exhaustivo y concienzudo.

La segunda norma es la de estimular convenientemente la zona con caricias, masajes o besos, así como la de lubricar convenientemente tanto el ano como el juguete.

Un lubricante específicamente anal sería lo más recomendable, pero también pueden utilizarse lubricantes con base de agua o de silicona (siempre que el juguete en cuestión no esté hecho de este material, puede podría quedar dañada al utilizar un lubricante íntimo de ese tipo).

También puede usarse algún tipo de relajante anal en spray para facilitar la introducción del juguete en el esfínter, sobre todo si se es novato o si se tiene poca experiencia en prácticas de estimulación anal.

Se recomienda, igualmente, no introducir todas las bolitas a la vez. Hacerlo de ese modo es renunciar a la sensación placentera de hacerlo poco a poco. Gracias al juego sexual se consigue una mayor estimulación y excitación.

Una vez dentro, las esferas pueden sacarse y meterse tantas veces como se quiera. Eso sí: no hay que olvidar nunca que la mejor prestación que se puede obtener de ellas es la de sacarlas poco a poco en el momento justo en el que orgasmo esté llegando. Hacerlo de ese modo potencia la intensidad del mismo y lo convierte en una experiencia inolvidable.

Una vez finalizada la práctica, solo quedará limpiar concienzudamente esta cadenita diseñada para el placer de todas aquellas personas de mente abierta que se arriesgan y atreven a experimentar nuevas sensaciones.

Bolas anales