La preocupación por aguantar en la cama es tan antigua como el hombre. Desde que el hombre convirtió el sexo en algo con una función que iba más allá de la función meramente reproductora, el interés del género humano por potenciar las capacidades propias para alargar e intensificar las relaciones sexuales no ha cesado de hacerse patente. Ingerir testículos de animales como el toro o comer chocolate, ostras o espárragos son algunos de los métodos que, entre muchos otros, los seres humanos han ido escogiendo a lo largo de la historia para incrementar su potencia sexual.

La investigación farmacológica y los avances en los estudios naturistas han permitido que se creara toda una amplia gama de productos vigorizantes: cápsulas vitamínicas que hacen aumentar la testosterona y mejorar la cantidad y la calidad del esperma, sprays y cremas con algún tipo de componente anestésico destinadas a retardar el orgasmo o cremas estimulantes destinadas a conseguir una erección más duradera son algunas de estas opciones vigorizantes surgidas de dichos avances fármaco-naturistas.

Se han elaborado bebidas energéticas. Se han elaborado cremas de uso tópico con las que, embadurnando el pene, conseguir una mayor afluencia de sangre al mismo. Se han elaborado cápsulas destinadas a insuflar una potencia sexual extra a su consumidor. La Viagra ha sido, en este sentido, uno de los descubrimientos más revolucionarios farmacológicamente hablando. El componente principal de esta sustancia mágica es el citrato de sidenafilo. Diseñado inicialmente para utilizarlo en casos de hipertensión arterial, su capacidad para actuar sobre el flujo sanguíneo en el pene es lo que le confiere su carácter mágicamente potenciador de la libido y la resistencia sexual. Como vigorizante, los resultados de la Viagra están más que testados.

Ha sido precisamente ese componente el que algunos empresarios chinos han empleado para incrementar las propiedades vigorizantes del tradicional licor de serpiente chino. Lógicamente, han sido detenidos. Hay que tener en cuenta, en primer lugar, que las recomendaciones médicas sobre el consumo de la Viagra es de, como mucho, una pastilla al día. De hecho, los expertos recomiendan dosis menores para todos aquellos hombres que hayan superado la frontera de los sesenta y cinco años. ¿Qué cantidad de sidenafilo puede ingerirse en una de estas bebidas que estaban elaborando, de manera clandestina, estos fraudulentos empresarios? La indeterminación de la respuesta y el hecho de que dichas bebidas pudieran ser consumidas sin conocimiento de causa por personas hipertensas o con enfermedades cardíacas (y para quienes el sidenafilo está especialmente contraindicado) son dos argumentos de suficiente peso como para justificar la detención de dichos empresarios y la prohibición explícita de que se elaboren productos de este tipo.

¿Quiere eso decir que todas las bebidas vigorizantes y estimulantes sexualmente son peligrosas? Ni mucho menos. Simplemente, hay que saber valorar a la hora de comprar estos productos qué marcas se están comprando y qué garantía de fiabilidad ofrecen dichas marcas. Buscar marcas de referencia es fundamental para conseguir los efectos deseados sin poner en riesgo la salud. Dichas marcas pasan todos los controles necesarios para, de ese modo, convertirse en garantía de seguridad para ti.

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