No hace mucho dedicamos un post a la historia del preservativo. Allí vimos cómo éste ya existía en el Antiguo Egipto. Con tripas anudadas de animales o con lino, los antiguos egipcios ya fabricaban lo que podríamos considerar el tatarabuelo del condón actual. Los hallazgos encontrados en algunas tumbas faraónicas así lo demuestran. Desde aquellos antiguos preservativos a los que se fabrican hoy en día se ha recorrido un largo camino. Tan largo, que hoy se puede encontrar una amplia variedad de preservativos en el mercado. Con sabores, estriados, tamaño XXL, fluorescentes, con retardador de la eyaculación, sensitivos… el mercado ofrece un sinfín de posibilidades para poder gozar del sexo de una manera segura y evitando el contagio de enfermedades de transmisión sexual o la posibilidad de un embarazo indeseado. Todas esas modalidades de preservativo, sin embargo, parten de unos estándares de fabricación. Sobre ellos vamos a hablar en este post.
La fabricación del preservativo se inicia en el momento de la recolección del látex. Éste se obtiene a partir del sangrado de algunas especies arbóreas de Centroamérica, Sudamérica, África y Asia. La savia lechosa de esos árboles (Hevea brasiliensis, Urceola elastica o Funtumia elastica) es la base para elaborar el látex, componente principal en la fabricación del preservativo junto a otros componentes como el óxido de zinc (acelera la vulcanización del látex), el laurico de potasio (estabiliza), el sulfuro, el amonio y otra serie de componentes anti-hongos y anti-bacteriales. Estos ingredientes servirían, en el proceso de fabricación del preservativo, para realizar un condón muy resistente.
Cuando se fabrica un preservativo, el látex se conserva, en estado líquido, en grandes recipientes. En dichos recipientes se introducen los moldes que servirán para fabricar los preservativos. Estos moldes, hechos de cerámica o vidrio, se introducen en el látex líquido apenas unos segundos. El número de ocasiones en que se sumerja el molde en el recipiente del látex determinará el grosor del preservativo.
Tras la inmersión, una especie de brocha hace que el látex líquido ruede en la base del molde. La finalidad de ese movimiento es crear el anillo del condón.
Creado el anillo del preservativo, el proceso de fabricación del condón continúa con la introducción de éste en los hornos, donde se someten a un proceso de vulcanización. La vulcanización es el proceso mediante el cual el látex se vuelve más duro y resistente. Una vez vulcanizado el condón, éstos son sacados del molde y sometidos a un proceso de lavado que servirá para extraer olores, suciedad y restos de látex.
Tras la realización de estos pasos, el proceso de fabricación de preservativos continúa con la realización de unas rigurosas pruebas de calidad. Todas las grandes marcas realizan un test de calidad de sus productos para, así, ofrecer al consumidor un preservativo absolutamente fiable. Para realizar dichas pruebas de calidad, los fabricantes toman muestras aleatorias para, sobre todo, medir la fuerza de tensión del condón. Los condones seleccionados para los test de calidad se estiran, se inflan, se llenan de agua y cuelgan. Todas estas pruebas de calidad están destinadas a reducir al mínimo la posibilidad de que un condón se rompa, resbale o pueda generar filtraciones.
En las pruebas de calidad propias del proceso de fabricación de preservativos el test de filtración puede realizarse en húmedo o en seco. En el test húmedo, los preservativos, colocados en tubos metálicos, se sumergen en una solución líquida conductora. Si existe filtración, esa solución conductora tocará el tubo metálico y ese hecho quedará registrado en un ordenador, que dará así aviso de la existencia de una filtración. El test seco se fundamenta en el uso de potencia eléctrica para comprobar si en algún punto el condón deja de ser aislante.
Una vez terminado este proceso, el condón está listo para ser empaquetado. En esta fase, fundamental en el proceso de fabricación de preservativos, es en el que se aplica el lubricante (un líquido viscoso elaborado a base de silicona) o, en aquellos condones que no estén lubricados, el óxido de silicio o carbonato de magnesio que facilite el desenrollado del profiláctico. Éste debe cumplir unos estándares de longitud, anchura o grosor. En la actualidad, las medidas del preservativo común son de al menos 160 milímetros de largo, 52 milímetros de ancho y un grosos de 0,07 milímetros.
Tras aplicar el lubricante al preservativo, el proceso de fabricación del condón finaliza cuando éste es colocado entre dos láminas de aluminio que sellan el preservativo y que lo dejan preparado para su empaquetado en la caja correspondiente. Los preservativos deben estar sellados al vacío y alejados en todo momento de la luz ultravioleta.
Todo este proceso tiene como finalidad ofrecer al usuario un producto absolutamente fiable y que le permita disfrutar de su vida sexual olvidándose de la amenaza de alguna ETS o de un embarazo no deseado. En el catálogo de Sexshopdreams puedes encontrar una amplia selección de preservativos de los más diversos tipos.