Dentro de las múltiples variantes del sexo, las del sexo oral son unas de las más valoradas tanto por hombres como por mujeres. Del mismo modo que pocos hombres desprecian el placer de gozar de una felación, muy pocas son las mujeres que rechazan los placeres derivados del goce de un cunnilingus. Hay estudios al respecto y esos estudios hablan de cómo un amplio porcentaje de mujeres obtienen mayor placer del sexo oral que de la penetración. No en vano, el cunnilingus garantiza a muchas mujeres el alcanzar un orgasmo al que cuesta más de llegar o al que no se llega por la senda de otro tipo de prácticas sexuales. El cunnilingus permite como pocas prácticas eróticas la estimulación del clítoris y ésta es práctica imprescindible para que muchas mujeres alcancen el orgasmo.

Un hombre que sepa realizar correctamente un cunnilingus tiene muchas cartas en su mano para hacer enloquecer de placer a su pareja. Y es que realizar correctamente un cunnilingus es algo más que “amorrarse al pilón”. Para hacer un buen cunnilingus hay que conocer el cuerpo de la pareja y sus reacciones, hay que buscar una postura cómoda tanto para el hombre como para la mujer y hay que marcar un ritmo adecuado, nunca acelerado, nunca atropellado.

El primer consejo a tener en cuenta a la hora de hacer un cunnilingus es que hay que olvidarse de las prisas. El placer sexual deriva, en buena medida, del tempo, y un tempo acelerado no siempre juega a favor del placer. Es más: en demasiadas ocasiones las prisas, en el sexo, no son, como dice el refrán, buenas consejeras. Besos, caricias, mimitos en labios y orejas, en el pecho y los pezones, en el abdomen, en los muslos, en la parte interna de éstos… todos esos pequeños actos de estimulación deben servir para ir creando la temperatura ideal, para ir preparando los genitales de la mujer para el momento en el que los labios y la lengua de su pareja va a entrar en contacto con ellos.

Una vez se haya llegado con la boca y la lengua a la zona cero, es decir, a la vulva de la mujer, hay que actuar con delicadeza y lentitud. La felación (ya lo veremos en un próximo post) admite muchos más cambios de ritmos y aceleraciones más marcadas. Pero el pene no es la vagina y, mucho menos, el clítoris. La extrema sensibilidad de éste hace que un ritmo inadecuado de estimulación oral puede resultar doloroso y, por consiguiente, contraproducente para el fin perseguido. Para realizar correctamente el cunnilingus, el hombre debe comenzar besando y lamiendo, con la mayor dulzura, la parte exterior de los genitales femeninos. Tras estimular esa zona, el hombre podrá hacer pasear su lengua entre los labios menores femeninos para, a continuación, separarlos con la misma, lamer la parte interna de los mismo y dirigirse, poco a poco, hacia el clítoris.

Un truco que suele recomendarse al practicar el cunnilingus es el de saborear alguna bebida antes de estimular oralmente los genitales femeninos. ¿Qué tipo de bebida? Lo ideal es que ésta sea una bebida dulce o, en su caso, un refresco de cola. ¿Por qué? Porque con este tipo de bebidas la lengua gana suavidad y, al mismo tiempo, aumenta la salivación de la boca, lo que ayuda a incrementar las sensaciones de placer durante la práctica del cunnilingus.

Una vez se haya iniciado el cunnilingus, la parte activa deberá variar un poco y cada cierto tiempo los movimientos de la lengua para no convertir el cunnilingus en una simple reiteración machacona de un único movimiento. La lengua podrá moverse de abajo a arriba y de arriba abajo, de un lado a otro, y podrá, también, moverse sobre el clítoris dibujando sobre él las diferentes letras del alfabeto. Al realizar todos estos movimientos, quien realice el cunnilingus podrá ir aumentando poco a poco tanto la velocidad de movimiento de la lengua como la presión que ejerza ésta sobre los genitales femeninos. Un movimiento de la lengua que resulta muy placentero para la mujer mientras se realiza el cunnilingus es el que podríamos denominar “lamido largo”, es decir, ese lamido en el que la lengua recorre los labios vaginales de la mujer en toda su extensión.

Como cualquier otra práctica sexual, el cunnilingus no es una práctica mecánica. Para resultar exitoso, el cunnilingus debe amoldarse en todo momento a la respuesta que el cuerpo femenino vaya dando a la estimulación oral de sus genitales. El hombre deberá atender a las respuestas que vaya dando el cuerpo femenino. Deberá escucharlo. La respiración, los gemidos, los suspiros, la postura que vaya adoptando la mujer, los espasmos musicales… todo eso son señales que el hombre que realiza un cunnilingus debe interpretar. Por ejemplo: si la mujer arquea la espalda y abre más las piernas, el hombre puede sentirse orgulloso del “trabajo” que está haciendo. Cuando la mujer haga eso, su orgasmo estará cerca. Para que éste se haga más intenso puedes introducir tus dedos en el interior de la vagina, puedes, con ellos, estimular el clítoris o puedes recurrir a algún tipo de juguete erótico (dildo, vibrador, etc.) que, al introducirse en la vagina de la mujer mientras tu lengua y tus labios estimulan su clítoris, la conduzcan a un estallido de placer intenso y muy satisfactorio.

Cosas que no deben hacerse al practicar el cunnilingus

Si realizas todo lo que te hemos indicado anteriormente, tu cunnilingus pasará todos los exámenes y rendirá a tus pies a las mujeres más exigentes. Eso sí, del mismo modo que debes saber lo que suma, también debes saber lo que resta a la hora de realizar un cunnilingus. Por eso hemos recogido para ti aquello que nunca debe hacerse si se quiere realizar un buen cunnilingus:

  • Convertir la lengua en una batidora. No: la lengua no es una batidora que, incansable, se mueva a velocidad supersónica dando vueltas y más vueltas sobre el clítoris.
  • Comportarse como un perro que se hubiera acercado a un bebedero o a un charco.
  • Realizar el cunnilingus a distancia, es decir, estirando al máximo la lengua como si se tuvieran reparos de que los labios tocaran directamente los genitales femeninos. Para realizar un buen cunnilingus hay que hundir la boca, hay que, literalmente, amorrarse, hay que dejar que los flujos vaginales femeninos nos empapen la boca y notar en ella toda esa catarata de humedad que se desborda desde los genitales femeninos cuando un cunnilungus se está practicando “como Dios manda”.

Si tienes en cuenta estos factores, realizarás un maravilloso cunnilingus, algo que, sin duda, tu pareja agradecerá. Para enriquecerlo podrás echar mano (tal y como te hemos dicho antes) a una amplia variedad de juguetes eróticos y podrás, también, utilizar geles saborizantes para sexo oral si eres de esas personas que experimentan una cierta prevención al pensar en que sus labios y su lengua pueden entrar en contacto directo con los genitales de una mujer.

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