Hace unos meses editamos en nuestro blog un artículo que, titulado Las hierbas afrodisíacas, recogía una relación de hierbas que, como el hinojo, el jengibre, la yerba mate o la maca, servían para promover de una manera natural la producción de andrógenos. Estas hierbas, apuntábamos en nuestro artículo, servían para paliar el descenso de testosterona.

La testosterona es una hormona sexual masculina. De hecho, es la hormona sexual masculina por excelencia. Ella es la responsable, por ejemplo, de que, llegada la adolescencia, crezcan el escroto y el pene, se transforme la voz volviéndose más grave o aparezca el vello corporal, púbico y facial. La testosterona es una de las hormonas más importantes a la hora de crear masa muscular y otorgar dureza a los huesos y participa, también, en la generación y el mantenimiento de las erecciones y en la generación de un semen que tenga la densidad y la calidad adecuada para poder permitir la fecundación del óvulo. O sea: que un descenso del nivel de testosterona se traduce, directamente, en una pérdida de calidad no sólo del semen sino también de la propia erección.

El descenso de los niveles de producción de testosterona se produce por cuestiones de edad y, también, por el mantenimiento de hábitos nocivos. La vida sedentaria y una alimentación no saludable inciden negativamente en la producción de testosterona. Para evitar que eso sea así, nada mejor que mantener una dieta equilibrada y practicar deporte de manera regular.

Recuperar los niveles adecuados de testosterona debe ser, pues, un objetivo prioritario para toda persona que padezca una disminución de dichos niveles. Después de todo, un bajo nivel de testosterona no sólo implica una pérdida de calidad en la vida sexual. También acarrea, entre otras, las siguientes consecuencias:

  • Aparecen síntomas de ansiedad, mal humor o depresión.
  • Se pierde masa muscular, cabello y vello corporal.
  • Aumentan los dolores musculares y articulares.
  • Aumenta el peso al incrementarse la grasa corporal y visceral.

Una buena manera de paliar el descenso de los niveles de testosterona es compensar dicho descenso con la ingesta de algunos minerales que, entre otras funciones, cumplen la de estimular la producción de testosterona como pueden ser el zinc, el cromo o el magnesio.

El zinc

Como mineral esencial que es, nuestro cuerpo no puede sintetizar el zinc, un elemento necesario para la actividad metabólica de 300 enzimas corporales y que participa de manera fundamental en la división celular y en la síntesis de ADN y proteínas.

Para incorporar el zinc a nuestra alimentación hay que ingerir alimentos tales como carnes de vaca o cerdo, huevos, marisco, caballa, levadura de cerveza, germen de trigo y semillas de calabaza. Entre los mariscos gozan de gran prestigio como afrodisíacos las ostras.

Si con la ingesta de ese tipo de alimento no bastara para poseer unos niveles adecuados de zinc, habría que recurrir a suplementos nutricionales que nos proveyeran de este mineral. Son muchos los que pueden encontrarse en el mercado, ya que, debido a la influencia que la testosterona tiene en la formación de masa muscular, es un suplemento muy utilizado por todo tipo de deportistas y practicantes de fitness.

A la hora de ingerir suplementos de zinc, como a la hora de ingerir cualquier suplemento nutritivo, hay que tener cuidado de no incurrir en el exceso. No en vano, un exceso en las dosis de zinc consumidas podría producirnos molestias gastrointestinales, deficiencia en hierro y cobre y reducción del sentido del gusto y del olfato, así como un deterioro más o menos importante de la función inmunológica.

El selenio y la testosterona

Según apuntan algunos estudios, una deficiencia corporal de selenio puede ocasionar un descenso de la función testicular y algún tipo de malformaciones espermáticas. Las nueces de Brasil, el pescado, el pollo y las carnes de vaca son algunos de los alimentos que, ricos en selenio, pueden ayudar a recuperar los niveles de testosterona. Otra manera de recuperar dichos niveles gracias a la ingesta de selenio es recurrir a los suplementos de este mineral.

Magnesio y testosterona

Son muchas las funciones corporales en las que está implicado el magnesio. Una de esas funciones es la del aumento de la testosterona sin necesidad de realizar ejercicio. Las legumbres, las semillas, los frutos secos, las verduras de hoja verde oscuro, la mayor parte de las carnes y los cereales integrales son alimentos ricos en magnesio y, por tanto, idóneos para incrementar la producción de testosterona por parte del cuerpo humano.

Así, el ingerir suplementos de estos tres minerales puede servir para recuperar los niveles de testosterona necesarios para que mejore nuestra libido. Podríamos decir, así, que el zinc, el selenio y el magnesio actúan sobre nuestro organismo como afrodisíacos. La industria farmacéutica ha tenido eso presente a la hora de elaborar esos productos afrodisíacos que nos ayudan a paliar la pérdida de la potencia sexual o los descensos de la libido y por eso ha contado con estos minerales (y también con una serie de productos naturales como los que señalábamos en el artículo citado al inicio de este post) para elaborar esos afrodisíacos que nos van a permitir acudir a nuestras citas con la tranquilidad de saber que podemos contar con su ayuda para paliar los efectos que la edad o el estrés hayan podido dejar en nosotros y en nuestra respuesta sexual.

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