¿Quién no ha oído hablar de Cincuenta sombras de Grey? Hay quien responsabiliza a la mundialmente famosa trilogía de novelas de la escritora británica E.L. James y a las dos películas estrenadas hasta ahora a partir de ellas y protagonizadas por Dakota Johnson y Jamie Dornan del creciente interés de muchas personas por las prácticas sexuales menos convencionales y por la práctica del BDSM.
De entre todas las prácticas sexuales incluidas en el acrónimo BDSM, quizás sea la del Bondage una de las que más atracción está ejerciendo sobre parejas que, hasta la fecha, había hecho del sexo “vainilla” su única forma de concebir el sexo.
El Bondage es aquella práctica sexual que persigue la inmovilización del cuerpo de una persona utilizando cuerdas, esposas, cintas, telas, etc. Pese a su cercanía a las técnicas de dominación propias de las prácticas sadomasoquistas, el Bondage puede considerarse una práctica estético-erótica, una especie de ritual en el que se escenifica un traspaso de poder desde la persona que es atada a la persona que ata y que tiene ciertos puntos de contacto con una práctica milenaria de la cultura japonesa: el kinbaku o arte del encordamiento.
Derivado de ciertos rituales samuráis por los que, empleando técnicas muy codificadas y sutiles de atadura, el kinbaku tiene sus orígenes en lo que se conoce como período Edo de la historia del Japón, una época que va desde el 1600 al 1878. Fue durante esa época, al finalizar los conflictos de los señores de la guerra, cuando los viejos guerreros samuráis perdieron sus privilegios por orden del shogunato (el Shogun era algo así como el comandante en jefe a las órdenes del Emperador) y se convirtieron en una especie de policías que, desprovistos de katanas, se servían de la práctica de un tipo de arte marcial que recibía el nombre de hojojutsu para, gracias al uso de las cuerdas, inmovilizar a sus detenidos.
Fue a finales del período Edo cuando empezaron a aparecer referencias al uso del arte del encordamiento y de las ataduras con finalidades eróticas. El trabajo desarrollado por el escritor, ilustrador y fotógrafo Seiu Ito es capital en la fundación de esa fusión entre atadura y erotismo y punto de inflexión en la historia del kinbaku. Concebido el padre del kinbaku moderno (y, por tanto, del shibari y el Bondage), Seiu Ito estudió las antiguas formas de atadura empleadas por los samuráis y asoció el kinbaku a dos conceptos fundamentales: el de ritual y el de consenso. Este último se convirtió en parte fundamental de las prácticas sexuales englobadas dentro del BDSM.
Como en toda práctica BDSM, el Bondage sólo es concebible si existe un consenso entre la persona que es atada y la persona que lo ata, entre la parte sumisa y la parte dominante. De manera voluntaria y pactando unas reglas estrictas que en ningún momento deben ser infringidas, se prestan las dos partes para escenificar un ritual de atadura que puede llegar a ser muy hermoso.
En el shibari, la inmovilización no es una exigencia; en el Bondage, por el contrario, sí. Ésa, que no es pequeña, es la principal diferencia entre dos prácticas que tienen mucho en común y que deben ser puestas en práctica extremando en todo momento todas las precauciones y convirtiendo la seguridad en norma fundamental de comportamiento. Después de todo, el BDSM y todas y cada una de sus prácticas deben ser, además de consensuadas, seguras. Y el riesgo, cuando se practica BDSM, siempre está presente.
Sin ir más lejos, hace apenas unos días saltaba a los diarios la noticia de que los bomberos londinenses habían lanzado una campaña para advertir de los riesgos del mal uso de determinados juguetes sexuales. Esposas, vendajes, anillos de acero… son múltiples los instrumentos para la práctica del BDSM que han provocado en los últimos tiempos que algunos experimentadores de nuevas sensaciones, seguidores posiblemente del “fenómeno Grey” hayan quedado “atrapados” de algún modo por dichos instrumentos y hayan tenido que recurrir a los servicios de urgencias para ser liberados de ellos.
Una práctica Bondage mal realizada puede causar lesiones musculares, heridas en la piel o, incluso, la asfixia de la persona atada. La práctica del Bondage exige, quizás como ninguna otra práctica erótica, el dominio preciso de la técnica. Hay que saber atar, sí, pero también desatar de la manera más rápida posible. Para ello, nada mejor que tener a mano unas tijeras especiales para Bondage. De punta roma, las tijeras para Bondage permitirán cortar la cuerda de una manera rápida y segura en caso de urgencia.
De entre las normas que hay que tener presente al utilizar cuerdas Bondage hay que destacar las siguientes:
- No se debe atar alrededor del cuello.
- No se debe practicar con alguien a quien se acabe de conocer.
- No debe dejarse nunca sola, bajo ningún concepto, a la persona que está atada. Y debe prestarse, siempre, absoluta atención a la misma, bien sea para escuchar con claridad la safeword o palabra de seguridad y, por tanto, actuar en consecuencia poniendo fin a la escena Bondage o aflojando la atadura que se esté realizando, bien para detectar cualquier tipo de alteración respiratoria por parte de la parte sumisa.
El cada vez más grande interés por parte de muchas personas por las prácticas Bondage ha hecho que la industria del juguete erótico no cese en el diseño de todo tipo de juguetes para Bondage.
Ya dedicamos en este blog en su momento un post destinado a comentar el uso de los gags o mordazas y de las esposas en los diferentes juegos BDSM. Ahora queremos fijar nuestra mirada en todos los juguetes para Bondage que podemos encontrar en el mercado del juguete erótico, desde las mencionadas esposas hasta todo tipo de cuerdas, collares, cintas, correas, vendas para los ojos, máscaras, sets y kits de Bondage, etc.
En el catálogo de productos para Bondage de SexshopDreams podrás encontrar desde cintas Bondage hasta cuerdas de algodón pasando por collares de velcro o esposas de perlas.
Los juguetes para Bondage de SexshopDreams vienen garantizado por el prestigio de sus fabricantes, primeras marcas que se han preocupado por satisfacer las necesidades de todas aquellas personas que, o bien son apasionadas practicantes de Bondage o bien están decididas a iniciarse en él.