Habitualmente se suele considerar la eyaculación precoz como uno de los grandes problemas sexuales del hombre. La industria del juguete erótico, sabedora del trauma o frustración que para el hombre supone el “durar poco” a la hora de mantener relaciones sexuales, ha creado algunos productos eróticos destinados a luchar contra ese problema. De algunos de esos productos (los preservativos retardantes y las cremas retardantes) ya hablamos en su día en este blog. En esos artículos, al igual que en el titulado “Uso terapéutico de los juguetes eróticos”, vimos cómo, en muchas ocasiones, los juguetes eróticos pueden tener una función terapéutica y como, de hecho, algunos juguetes sexuales, como el vibrador creado por Joseph Mortimer Granville, fueron creados, precisamente, para cumplir una tarea terapéutica.
En este artículo vamos a hablar de la eyaculación retardada y de la anaeyaculación, dos trastornos sexuales masculino que, por decirlo de algún modo, podrían considerarse el reverso de la moneda de la eyaculación precoz. Al final de este artículo, también, propondremos la posibilidad de recurrir a determinados juguetes eróticos que puedan servir de apoyo a las tareas de curación o alivio de la eyaculación retardada o de la anaeyaculación.
Cuando hablamos de eyaculación retardada lo estamos haciendo de un trastorno del orgasmo masculino caracterizado por la eyaculación en un tiempo excesivamente largo. Por su parte, cuando hablamos de la anaeyaculación lo estamos haciendo de la ausencia completa de eyaculación. Esto, lógicamente, deriva en el mantenimiento de relaciones sexuales excesivamente largas y, por tanto, agotadoras o molestas, lo que a la larga acostumbra a provocar una disminución de la libido bien sea por parte del hombre que la padece, bien por su pareja, bien por los dos.
Más allá de las bromas que suelen gastarse sobre el hecho de “durar incansablemente” en la cama, lo cierto es que tanto la eyaculación retardada como la anaeyaculación son graves problemas que acaban afectando a la vida de pareja. El sexo debe durar lo que debe durar y sobrepasar las barreras temporales y convertirlo en algo casi interminable resulta, cuanto menos, molesto, cuando no doloroso, tanto para el hombre como para la mujer.
La eyaculación retardada y la anaeyaculación son consideradas, al contrario que la eyaculación precoz, disfunciones sexuales. ¿Por qué? Porque afectan a la función biológica (no olvidemos que el sexo, biológicamente, tiene un fin, la reproducción, que no puede producirse si no se produce eyaculación) y a la función psicológica, pues ni la anaeyaculación ni la eyaculación retardada producen placer, que es uno de los objetivos del sexo.
Causas de la eyaculación retardada y la anaeyaculación
Entre las causas de la eyaculación retardada y la anaeyaculación podemos encontrar causas físicas y causas psicológicas. Entre las causas físicas podemos destacar las siguientes:
- Obstrucción de las vías seminales.
- Pérdida o disminución de la motilidad en las vías seminales.
- Problemas hormonales.
- Cirugías que hayan podido afectar a la zona.
En los casos en que existe una patología orgánica es necesario acudir a un urólogo o a un médico especializado en andrología.
Por su parte, entre las causas psicológicas de la eyaculación retardada y la anaeyaculación podemos encontrar:
- Ansiedad de ejecución.
- Baja autoestima.
- Traumas relacionados con la sexualidad o actitudes sexuales negativas.
- Trastorno obsesivo compulsivo.
- Miedo al embarazo.
- Miedo a las enfermedades de transmisión sexual (ETS).
- Problemas de pareja.
En muchos de estos casos debidos a factores psicológicos, la terapia, y, en especial, la terapia de pareja, resulta de gran utilidad para revertir los casos de eyaculación retardada o de anaeyaculación. En muchos de estos casos los terapeutas acostumbran a hacer hincapié en el hecho de focalizar la atención no tanto en el orgasmo como en el placer experimentado durante la relación sexual. Conectando con el erotismo y la sensualidad y dejando aparcado el pensamiento sobre la necesidad de eyacular resultará más sencillo eyacular que si la atención se focaliza única y exclusivamente en la necesidad de llegar a ese instante.
La importancia de la masturbación
Otro de los factores a los que, en ocasiones, se atribuyen las causas de la eyaculación retardada o anaeyaculación es la ausencia de prácticas de masturbación. La masturbación, lo hemos dicho en alguna otra ocasión en este blog, no es sólo una práctica placentera. La masturbación es, también, una práctica educativa. Tanto la masculina como la femenina. La masturbación, bien practicada, es una fuente de conocimiento. Gracias a ella conocemos un poco mejor nuestros mecanismos de placer, lo que, llegada la hora de las relaciones sexuales, nos permite disfrutar mucho más de ellas.
Para practicar la masturbación de una manera mucho más experimental y, por tanto, con mayores posibilidades de aprender, nada mejor que experimentar con algunos de los múltiples masturbadores masculinos que existen en el mercado. Marcas como Fleshlight, por ejemplo, han creado masturbadores que reproducen de forma realística bocas, anos y vaginas. Otras marcas, entre las que destaca Tenga, han creado un nuevo concepto de masturbador masculino que, más allá de la reproducción realística de partes de la anatomía humana, buscan una combinación de diseño y uso de nuevos materiales que sirva para estimular mejor el pene. Entre las creaciones más originales de Tenga podemos encontrar los huevos masturbadores de un solo uso.
Los masturbadores masculinos pueden servir tanto para tratar la eyaculación precoz (son muchos ya los sexólogos y sexólogas que los recomiendan a sus pacientes con tal fin) como para hacer frente a la eyaculación retardada. Utilizarlos de manera más o menos regular y, sobre todo, usarlos en pareja siempre es una gran idea.
En ocasiones, puede resultar muy productiva la introducción de nuevos tipos de estimulación. Entre ellas podíamos destacar la estimulación prostática. Hay muchos hombres que son reacios a ella por asociarla directamente con práctica homosexuales, pero lo cierto es que la estimulación prostática conduce al hombre, en la inmensa mayoría de los casos, a un orgasmo más intenso y placentero. Para alcanzar tal fin la industria del juguete erótico ha creado dildos, vibradores y plugs anales diseñados para estimular el llamado punto P que pueden servir al hombre para estimular su próstata y, así, acercar la posibilidad de la eyaculación.
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