Solemos hablar de ellas con absoluta ligereza. Sabemos su nombre genérico, las siglas que las identifica y el nombre particular de muchas de ellas. Sabemos también que están ahí, acechando tras la esquina de la vida promiscua, venidas desde el fondo de los tiempos, esperando el momento en que olvidemos u obviemos el uso del preservativo para, traicioneras, hacernos sus víctimas. Son las ETS, las enfermedades de transmisión sexual, las enfermedades que tradicionalmente se llamaban enfermedades venéreas, las que trataban en las viejas casas de gomas y lavajes, las que aún hoy, pese a tantas campañas de concienciación y tanta información como circula por la red, siguen afectando a varios millones de personas en todo el mundo.

Nos preguntan por el nombre de alguna enfermedad de transmisión sexual y citamos de carrerilla la gonorrea, la sífilis o el herpes genital. Eso sí: si nos preguntan en qué consiste cada una de estas enfermedades, tenemos dudas a la hora de dar una respuesta correcta. Ese desconocimiento de la sintomatología de una ETS puede impedir que nos curemos rápidamente de una de ellas en caso de contraerla. La rápida detección de una infección de carácter sexual permite un rápido tratamiento de la misma y, por tanto, posibilita una pronta recuperación. La detección tardía de una ETS puede convertir a la misma en un grave riesgo para la salud. Ese riesgo puede, en los casos más extremos, conducir hasta la muerte.

Para evitar ciertos riesgos creemos que es necesario saber reconocer de inmediato la sintomatología de las enfermedades de transmisión sexual más comunes. A continuación vamos a realizar una relación de dichas enfermedades de transmisión sexual y vamos a detallar cuáles son los síntomas y las características propias de cada una de ellas.

Clamidia

La clamidia es, de entre todas las enfermedades de transmisión sexual, la ETS de causa bacteriana más frecuente. Ello no quiere decir que sea fácilmente detectable, ni mucho menos. Causada por la chlamydia tachomatis, la clamidia es una enfermedad de transmisión sexual que cursa sin que existan síntomas de la misma. Si éstos existieran serían los siguientes: secreción uretral o vaginal amarillenta y maloliente, con sangrados irregulares en el caso de las mujeres y con fiebre y malestar general.

La clamidia puede degenerar en una enfermedad inflamatoria pélvica o EIP. Entre los síntomas de la EIP podemos encontrar dolor en la pelvis, molestias en las relaciones sexuales, cambios en el flujo vaginal y febrícula.

Para curar la clamidia y la enfermedad inflamatoria pélvica se utilizan antibióticos. El especialista médico valorará la necesidad de administrar un tratamiento también a la pareja para, de ese modo, evitar nuevos contagios.

Gonorrea

La gonorrea, al igual que la clamidia, está causada por una bacteria. En este caso, la bacteria gonococo que produce esta enfermedad es la Neisseira gonorrhoeae. Los síntomas, que suelen aparecer a las dos semanas de haber mantenido el contacto sexual, son diferentes en las mujeres y en los hombres.

En las mujeres dichos síntomas son los siguientes: fiebre, dolor al mantener relaciones sexuales, sangrados irregulares, flujos vaginales verdes o amarillentos, dolor abdominal y vómitos.

En los hombres los síntomas de la gonorrea son: secreción uretral amarillenta de carácter purulento, dolor al orinar, dolor testicular, sangrado y picor.

Como en el caso de la clamidia, la complicación más frecuente de la gonorrea es la enfermedad inflamatoria pélvica. En el caso de la mujer, el gonococo puede ascender desde la vagina hasta el aparato genital interno femenino para acabar afectando al útero, a las trompas y a los ovarios. Llegado ahí, el gonococo puede provocar desde salpingitis (inflamación de las trompas) hasta abscesos en los ovarios. En los casos más extremos de gonorrea, y debido a la afectación tanto de las trompas como de los ovarios, esta ETS puede llegar a causar la esterilidad de quien la padece.

Otro de los riesgos asociado a la gonorrea es que aumenta el riesgo de infección por el VIH.

El análisis de una muestra de orina o de las secreciones vaginales de la persona infectada sirven para diagnosticar esta enfermedad de transmisión sexual que es tratada con antibióticos orales administrados durante catorce días.

Herpes genital

El herpes genital o virus herpes simple (VHS) es, como su propio nombre indica, una enfermedad de transmisión sexual de origen vírico. Los síntomas del herpes genital en el caso de los hombres es el picor generalizado en la zona genital. En el caso de la mujer suelen aparecer vesículas (colecciones líquidas que se forman en la epidermis) a ambos lados de los labios mayores. En algunas ocasiones, las mujeres que padecen herpes genital pueden experimentar procesos febriles y malestar general.

El herpes genital puede aparecer también en las nalgas y en la zona del perineo.

El herpes genital no tiene cura. Es decir: siempre permanecerá latente en el organismo. Para disminuir la duración de los brotes se utilizan fármacos antivirales orales tales como el Aciclovir. Administrado durante 7 o 10 días, el Aciclovir (que se usa en todos los tipos de herpes y también en la varicela o la mononucleosis infecciosa) cumple con esa función de disminuir la duración de un brote de herpes genital.

Virus del papiloma humano

El virus del papiloma humano es una de las enfermedades de transmisión sexual más comunes. En múltiples casos, el VPH es el responsable del cáncer de cuello de útero. La citología cérvico-vaginal es la mejor manera de detectar a tiempo el virus del papiloma humano, ya que acostumbra a ser una infección asintomática, lo que provoca que su detección no sea siempre sencilla.

En algunos casos, sin embargo, el virus del papiloma humano provoca la aparición de lo que se conoce como condilomas acuminados o verrugas genitales, una especie de abultamientos blandos que aparecen en la piel, que crecen en forma de racimos con forma de coliflor y que se extienden alrededor del ano, los labios vaginales, la entrada de la vagina, el pene, la uretra, el escroto, los testículos, las ingles o la cara interior de los muslos.

No existiendo medicación para tratarlo, la mejor manera de evitar la infección por el VPH es, entre otras, utilizar preservativos y, en el caso de las mujeres, vacunarse contra el virus antes de cumplir los 14 años. En la actualidad, dicha vacuna está incluida en el calendario de todas las Comunidades Autónomas.

Sífilis

Si hay una enfermedad de transmisión sexual a la que pueda aplicarse el calificativo de legendaria ésa es la sífilis. La han padecido músicos como Donizetti, Schubert o Liszt, escritores como Joyce, Baudelaire, Verlaine o Rimbaud; filósofos como Nietzsche, y pintores como Goya, Gauguin o Van Gogh. Una bacteria, el treponema pallidum, es la responsable de esta ETS que con nombres tan insignes cuenta entre sus víctimas. Dependiendo del estadio en que se encuentra la enfermedad, así son los síntomas de la misma. Entre ellos encontramos el chancro sifilítico (una lesión cutánea indolora y redondeada), el eritema generalizado, la fiebre, el malestar general, dolores musculares, adenopatías (enfermedad de las glándulas) y lesiones orales y genitales.

La sífilis es una ETS ciertamente importante. Tanto que, si no se trata, puede acabar produciendo a la larga una afectación multiorgánica, algún tipo de demencia y, finalmente, la muerte. Diagnosticada mediante análisis sanguíneo, la sífilis debe ser tratada con un antibiótico con penicilina que, semanalmente, se administra por vía intramuscular. Tres dosis suelen servir para curar esta enfermedad

Estas cinco (sífilis, virus del papiloma humano, herpes genital, gonorrea y clamidia) son las cinco enfermedades de transmisión sexual más comunes. Los defensores del abstencionismo sexual ven en él la mejor manera de prevenir cualquier tipo de ETS. Nosotros, grandes defensores del hedonismo y del disfrute consciente y libre de la propia sexualidad, no propugnaremos nunca que una persona renuncie al uso y disfrute de su sexualidad para evitar un posible contagio infeccioso. Creemos que el sexo es bueno siempre que se practica con las suficientes garantías de salubridad y seguridad sanitaria. Por eso siempre defenderemos el uso del preservativo.

Creemos (ya lo hemos dicho en algún post anterior) que el condón es un sistema humilde pero efectivo a la hora de defenderse contra el acecho de las ETS. Por eso ponemos a disposición de todos nuestros lectores un amplio catálogo de preservativos de todo tipo.