Humilde y efectivo. Así es el condón. A estas alturas del segundo milenio no debería hacer falta reincidir en la importancia que para la salud genital y para evitar embarazos no deseados tiene el preservativo. Y sin embargo las cifras proporcionadas por la Organización Mundial de la Salud siguen siendo extremadamente preocupantes: cada año se producen cerca de 450 millones de nuevas infecciones de enfermedades de transmisión sexual (ETS). La sífilis, la gonorrea, la clamidiasis y otras ETS siguen haciendo de las suyas entre personas sexualmente activas de entre 15 y 49 años de edad. Para evitar que esas cifras se sigan manteniendo o, peor aún, se incrementen, nada mejor que echar mano a la ayuda de un objeto con unos cinco mil años de historia a sus espaldas: el preservativo.

Los orígenes del condón hay que buscarlos en Egipto. De esta antigua civilización provienen los primeros prototipos de preservativo encontrados. Hallados en las tumbas de algunos faraones, estos prototipos señalan cómo la historia de los preservativos parece iniciarse con dos tipos de condones. Unos eran tripas de animal anudadas en un extremo. Otros, en principio más estilosos, estaban realizados con lino.

Que los primeros preservativos hallados provengan de las tumbas faraónicas no quiere decir, ni mucho menos, que la historia del condón se inicie a orillas del Nilo. En la francesa cueva de Combarelles, por ejemplo, parecen haberse encontrado evidencias de uso del preservativo (o de algo semejante a él y siempre según la interpretación que se ha dado a las pinturas salvadas del paso del tiempo) en plena Pre-Historia.

Quien en el continente europeo da el primer impulso al preservativo como medio profiláctico es Gabrielle Fallopio. Fallopio, anatomista y médico italiano del siglo XVI y persona que da nombre a las femeninas “trompas de Falopio”, inscribió su nombre con letras de oro en la historia del preservativo cuando, con tripa de animal y lino y utilizando una cinta para fijarlo al pene, creó un condón con la intención de prevenir la transmisión de enfermedades como la gonorrea o la sífilis.

Ahora bien, ¿de dónde procede el nombre de condón? La leyenda habla de que la etimología de la palabra condón proviene directamente del conde de Condom, médico personal del monarca inglés Carlos II en el siglo XVII. ¿Qué hizo el conde para que su nombre pasara a formar parte de la historia del profiláctico? Crear un objeto semejante al de Fallopio, una tripa de oveja estirada y aceitada, para evitar que el rey (con una vida sexual muy intensa y promiscua, equivalente seguramente a la de tantos reyes a lo largo de la historia) quedara protegido del contagio de la sífilis. Si el conde de Condom conocía o no la creación de Fallopio es algo que se desconoce. Lo que sí podemos decir es que, dentro de la historia del preservativo, Condom puede pasar por ser el creador de algo parecido al preservativo lubricado.

En la historia del preservativo hay que señalar, también, una fecha muy señalada: la de 1766. Según documentación de la época, ya en esta fecha se publicaban anuncios y panfletos que cantaban las excelencias del condón como anticonceptivo y profiláctico.

Entre los nombres que se han dado al condón podemos encontrar los de “kawagata” o “kyotai” (nombres japoneses para nombrar un condón hecho de cuero fino) o el cariñoso apelativo de “redingote Anglaise” (capa inglesa de montar a caballo) con el que el legendario Casanova se refería a sus preservativos.

La llegada del siglo XIX supuso la aparición de nuevas técnicas de tratamiento de los materiales naturales. Así, la vulcanización del caucho y la conversión de éste en un material elástico y fuerte permitió la elaboración de preservativos que se vendían empaquetados y con instrucciones de uso.

El siguiente hito en la historia del condón fue la aparición del látex. La fabricación líquida de éste (técnica aparecida durante la década de los 30 del pasado siglo) permitió la elaboración del preservativo tal y como ha llegado a nuestros días. Desde entonces, todas las investigaciones han ido destinadas a mejorar las prestaciones del preservativo y a ampliar la gama de posibilidades de placer que ofrece a los consumidores. Hoy en día se pueden encontrar preservativos extrafinos, con sabores, texturizados (con estrías, puntos, etc.), retardadores de la eyaculación, fluorescentes, de tamaño XXL…

La historia del preservativo es tan larga que ha llevado incluso, y tal y como informamos en otro artículo de este blog, a la creación de un preservativo que cambia de color al entrar en contacto con algún tipo de ETS.

Este preservativo del que hablamos es un prototipo creado por tres universitarios británicos. A la espera de que alguna marca puntera de preservativos se decida a producirlo en serie, los usuarios de preservativos deberán conformarse con la extensa gama de condones que pueden encontrarse en el mercado. De todos ellos puedes encontrar una extensa selección en Sexshopdreams.com.