Reducir la vida sexual al coito es algo así como reducir la alimentación a la ingesta de hamburguesas. El placer erótico es mucho más rico que el que se circunscribe a los placeres experimentados a partir del contacto entre los genitales del hombre y la mujer durante el coito. El cuerpo humano es, de alguna manera, un mapa sexual. Hay muchas partes en él que, convenientemente estimuladas, pueden ser fuente de mucho placer. A esas partes o zonas del cuerpo se las llama zonas erógenas y conocerlas es muy importante a la hora de enriquecer las relaciones sexuales. Estimulando estas zonas proporcionaremos un mayor placer a nuestra pareja, lo que servirá para estrechar nuestros lazos con ella.
Hombres y mujeres poseen zonas erógenas diferenciadas. En nuestro último artículo hablábamos de las zonas erógenas de la mujer. En esta ocasión vamos a realizar un repaso de las zonas erógenas masculinas para que puedas conocerlas y estimularlas convenientemente cuando estés junto a tu pareja.
Estimulación no genital masculina
Iniciado el juego sexual, y ante la irrefutable obviedad de la erección, tendemos a pensar que todo el placer sexual del hombre se concentra en el pene. Dejarse arrastrar por ese pensamiento nos impide disfrutar de una sexualidad más rica y nos hace perder un amplio abanico de pequeños y grandes placeres. Una buena estimulación de esas zonas erógenas masculinas de las que hablamos nos permitirá intensificar el placer experimentado durante el coito propiamente dicho. La estimulación de las zonas erógenas del hombre provocará un in crescendo de la excitación que, finalmente, concluirá en un mayor estallido orgásmico.
Las zonas erógenas masculinas son las siguientes y por este orden deben ser estimuladas para ir creando ese in crescendo de placer del que hablamos:
- Labios. Toda estimulación de las zonas erógenas debería empezar por ahí. El beso es un fantástico afrodisíaco y también lo es, dado con sabiduría, un pequeño mordisco.
- Orejas. Las orejas tienen muchas terminaciones nerviosas y eso las convierte en una parte muy sensible del cuerpo. Cualquier caricia en las orejas tiene mucho efecto. Acariciarlas por la parte de atrás con los dedos o pasar la lengua por el lóbulo acostumbran a ser técnicas muy eficaces para estimular esta zona erógena masculina. Pero las orejas no sólo son zonas erógenas. También son parte del sistema auditivo y es a través de ellas por donde entran los sonidos que el cerebro descodifica. La utilización del dirty talk o hablar sucio (el susurrar procacidades al oído de nuestra pareja) puede resultar muy excitante. Después de todo, y según sostienen muchos sexólogos y sexólogas, el cerebro es el primer órgano sexual del ser humano, el más importante. Estimular el cerebro con palabras incitantes sería, en ese sentido, estimular una zona erógena muy particular.
- Cuello. Tocado o lamido, el cuello es una zona erógena muy sensible tanto para los hombres como para las mujeres. La inmensa mayoría de las personas nos retorcemos de placer o, cuanto menos, sentimos un leve cosquilleo cuando somos acariciadas en el cuello.
- Pecho. Las caricias en el pecho resultan muy estimulantes para el hombre. Por un lado, la zona pectoral es la que el hombre más suele admirar de sí mismo, por eso se siente muy agradecido cuando dicha parte de su cuerpo es tratada de un modo especial. Dentro de ella, los pezones son una zona erógena de primer orden. No los olvides en la estimulación de las zonas erógenas masculinas. Tócalos, chúpalos y, si tu chico lo resiste, muérdelos suavemente. También los puedes estimular, como en el caso de los pezones de las mujeres, con un estimulador de pezones. Si sois amantes de los juegos BDSM, las pinzas de pezones también pueden ser un buen complemento para estimular esta zona erógena masculina.
Estimulación de los genitales masculinos
Una vez estimuladas estas zonas erógenas masculinas, la mujer deberá emprender un viaje estimulador que la conducirá, abdomen abajo, hacia aquellas zonas erógenas del hombre que están más conectadas directamente con su genitalidad. ¿Qué zonas son ésas? El glande, por ejemplo. Y la base del pene. Y los testículos. Veamos cómo pueden estimularse esas zonas erógenas masculinas.
El glande, cubierto o no por el prepucio, es la parte más sensible del pene, una zona erógena capital de la anatomía masculina. El glande puede ser estimulado con los dedos, la lengua, la boca y también, con algún juguete erótico apto para tal fin. Un masaje cuidadoso con los dedos recorriendo la superficie del glande es muy excitante. Dentro del glande, el frenillo (pielecilla que une glande y prepucio), es la parte más sensible. Para añadir suavidad a la caricia y hacerla más efectiva en la estimulación del prepucio es necesario utilizar un poco de lubricante íntimo. Los dedos, gracias a él, se deslizarán mejor sobre el glande.
Una de las estimulaciones más valoradas por el hombre como sujeto pasivo es la estimulación oral. La oral es, sin duda, la mejor manera de estimular esa zona erógena masculina tan sensible que es el glande. Chupándolo de arriba a abajo o en círculos, paseando la lengua tanto por el frenillo como por el meato (el extremo final de la uretra, el agujerito del glande) causa mucho placer al hombre. También resulta muy placentero para el hombre que la estimulación del glande se realice con toda la boca. La masturbación oral es fuente de grandes placeres. Si la parte pasiva tiene ciertos reparos a la hora de estimular oralmente tanto el glande en particular como el pene en general, puede vencer dicha prevención camuflando el “sabor” natural del pene o el prepucio mediante pintalabios, lubricantes, cremas y geles de sabor destinados al sexo oral.
Una buena manera de intensificar las sensaciones experimentadas por el hombre al sentir estimulado el pene es utilizar un anillo para el pene. El anillo para el pene sirve para intensificar la erección y hacerla más duradera. Esto es así porque el anillo consigue retener una mayor cantidad de sangre en los cuerpos cavernosos del pene. El incremento de la irrigación sanguínea de esta zona erógena del hombre la vuelve más sensible aún y, así, cualquier caricia o estimulación provoca reacciones más intensas.
La estimulación oral debe desempeñar también un papel fundamental en la estimulación de una zona erógena masculina con demasiado frecuencia olvidada: los testículos. Pasar la lengua por el escroto o introducir los testículos en la boca acostumbra a resultar muy agradable para el hombre. Succionar un testículo mientras se hace girar la lengua por el escroto lleva al hombre al borde del delirio. También resulta muy placentero para el hombre sentir cómo su pareja le acaricia con las manos los testículos, cómo los sopesa, cómo los mueve ligeramente haciendo que uno y otro se rocen.
Al hombre también suele causarle mucho placer la estimulación del perineo, es decir, de esa parte de su anatomía que se encuentra entre los testículos y el ano. Presionar en esta zona con los dedos y acariciarla o lamerla proporciona mucho placer al hombre. Al fin y al cabo, al presionar sobre esa zona erógena masculina se está actuando, de manera indirecta, con los que viene a ser el punto G masculino (la próstata). Para actuar directamente sobre ella sólo hay que hacer una cosa: introducir un dedo en el ano y buscarla.
El hecho de que la estimulación de la próstata provoque orgasmos más intensos no impide que muchos hombres rechacen este tipo de estimulación por considerar que el gozo anal masculino está íntimamente ligado con la homosexualidad. Este prejuicio cultural impide a muchos hombres gozar de la estimulación de una de sus principales zonas erógenas. La industria del juguete erótico, sin embargo, no sabe de tabúes. Su función sólo es una: proveer al ser humano de los juguetes sexuales idóneos para que su sexualidad sea mucho más rica y el placer experimentado gracias a ellos mayor. Por eso el hombre que quiera gozar de la estimulación prostática puede encontrar en el mercado un sinfín de plugs anales, bolas tailandesas, vibradores del punto P, dildos, etc. para estimular la próstata.
Esos juguetes, combinados con otros, pueden proporcionar muchas oportunidades de placer a la hora de estimular las zonas erógenas masculinas. Por ejemplo: ¿qué tal suena combinar el uso de un masturbador masculino mientras se estimulan oralmente los testículos? ¿Y el uso de un vibrador de dedo sobre el frenillo? ¿Y la combinación de vibrador anal y estimulación oral del pene? Las combinaciones a la hora de estimular las zonas genitales del hombre pueden ser muchas y SexshopDreams va a ayudarte a encontrar aquellos juguetes eróticos que mejor te sirvan para que puedas optar por tantas combinaciones de estimulación como desees. Entra en la sección de juguetes eróticos de SexshopDreams y elige tus juguetes sexuales favoritos.