En nuestro último artículo de este blog hablábamos de los beneficios del sadomasoquismo y de cómo las prácticas BDSM podían resultar muy positivas para la estabilidad mental y emocional del individuo. Entre las prácticas más populares del BDSM encontramos el spanking o, dicho de otro modo, el azote erótico.
El término anglófono spanking proviene del inglés spank, una palabra que, en el contexto sexual en el que estamos, podría traducirse como nalgada. Dar un golpe en el culo, vamos: en eso consiste el spanking. Y hay muchas personas (hombres y mujeres) que se sienten muy excitadas cuando son golpeadas en las nalgas.
El spanking o nalgada forma parte de los juegos de Dominación y sumisión y, como toda práctica BDSM, debe ser una práctica consentida y pactada entre los dos miembros de la pareja. Sin consentimiento no deben existir azotes. En el seno de la relación BDSM los azotes pueden ir acompañados de otros tipos de prácticas como pueden ser las ataduras, el sometimiento, la humillación, juegos con cera o cuchillos y muchas otras prácticas. El spanking, sin embargo, también puede formar parte de las prácticas cotidianas de las parejas que, practicando habitualmente sexo “vainilla”, quieren innovar en su relación y en sus prácticas eróticas.
El azote erótico o spanking puede practicarse tanto con las manos como con algunos de los objetos que pueden estar destinados a tal fin. En el catálogo de juguetes eróticos para BDSM de SexshopDreams hemos reunido una buena y cuidada selección de juguetes eróticos para practicar el spanking. Si buceas en el catálogo de azotadores de SexshopDreams podrás encontrar una amplia variedad de fustas, látigos y paletas. Con ellos podrás adentrarte en esta excitante práctica erótica.
Para que puedas practicar el spanking con garantías te vamos a dar una serie de consejos. Después de todo, una serie de golpes con la palma de la mano en las nalgas puede enrojecerlas durante un rato más o menos largo. Una serie de golpes dados en las nalgas con una pala de azote o, peor aún, con una vara o una fusta, sí puede dejar en ellas marcas que sí pueden durar varios días y que, incluso, pueden dejar cicatrices.
Que haya amantes del spanking y apasionados o apasionadas del BDSM a quienes les encante lucir esas marcas como una especie de “trofeo” no quiere decir que el lucir esas marcas o el poseerlas sea lo más deseable para todo el mundo que practica el spanking. Además: un golpe dado con una fusta o una vara en un lugar inadecuado puede causar lesiones más o menos graves. Y la lesión (esto hay que tenerlo siempre presente) no es el objetivo que se persigue con ninguna práctica BDSM en general ni con el azote erótico en particular.
El primer consejo que debe tener en cuenta quien quiera adentrarse en la práctica del spanking es limitar los golpes durante las primeras prácticas a la zona de las nalgas y, dentro de ellas, a la parte más carnosa. Las nalgas o, si lo prefieres, el trasero, es una zona ideal para practicar el spanking o azote erótico. Los músculos de las mismas son gruesos, de corta longitud, y están protegidos por una gran capa de tejido graso. Por otro lado, los músculos de las nalgas no protegen ningún órgano hueco que pudiera ser dañado por los golpes. Por eso hay que procurar que los golpes recaigan siempre sobre esa parte central de las nalgas. Los golpes en los laterales de las nalgas pueden resultar muy dolorosos y las marcas pueden resultar más visibles y duraderas.
El golpe de spanking debe ser un golpe seco y contundente. No pueden existir dudas a la hora de propinar un golpe en las nalgas con la fusta o la pala azotadora. Tampoco con el látigo. Y lo que hay que evitar en todo momento es que el golpe sea lo que podríamos llamar un golpe de “refilón”. El golpe de refilón puede ser muy doloroso.
El segundo consejo a tener en cuenta para la práctica del spanking es que hay que evitar siempre el golpear por encima de las nalgas. Un golpe con una fusta, una pala o un látigo (y también, en menor medida, con la mano) dado por encima de las nalgas puede causar daños incluso severos tanto en los riñones como en el coxis.
Cuando se haya adquirido algo de práctica y dominemos el uso de los azotadores podremos golpear por debajo de las nalgas. Deberá hacerse con cuidado, pues la piel de la parte superior trasera de los muslos (la más cercana a las nalgas) es más propensa a sufrir lesiones y a experimentar un dolor más intenso.
Algo que hay que tener siempre presente al practicar el spanking es que en ningún caso debe golpearse nunca en las articulaciones. Nunca, nunca debe utilizarse la fusta, el látigo o la pala azotadora para golpear los hombros, las rodillas, los codos, los tobillos o las muñecas. Tampoco debe golpearse sobre el cuello y debe evitarse el golpear sobre los genitales.
Lo mejor para practicar el spanking es aplicar un ritmo lento e irregular. Este ritmo irregular juega a favor de la excitación de la persona que recibe el golpe, ya que no sabe cuándo va a recibirlo exactamente y eso causa una ligera tensión que se transforma en dosis más altas de excitación.
Conociendo e interiorizando todos estos consejos ya puedes adentrarte en la práctica del spanking. Para hacerlo, te recomendamos comprar y utilizar algunos de los azotadores (paletas, fustas y látigos) que hemos reunido para ti en el catálogo de juguetes eróticos para BDSM de SexshopDreams.