No nos cansaremos de repetirlo: la meta es importante, pero también lo es el camino. Y para llegar a la meta es imprescindible avanzar por el camino adecuado. También cuando de sexo se trata. Con demasiada frecuencia nos dejamos deslumbrar por el brillo sin duda llamativo y placentero del orgasmo y nos olvidamos de que para llegar a él resulta imprescindible recorrer un camino que empieza en un punto de capital importancia y sin el cual aquél es mucho más difícil de alcanzar. El punto al que nos referimos es el de los preliminares eróticos.
Sabemos que has oído hablar de ellos e intuimos que ya has leído en alguna ocasión que los preliminares eróticos tienen una incidencia directa en la intensidad del orgasmo alcanzado. A mayor estimulación, mayor orgasmo. Después de todo, la estimulación no es otra cosa que una progresiva acumulación de energía que se liberará en el momento del orgasmo. Cuanta más energía se acumule, mayor intensidad tendrá la explosión de su liberación.
Para ejecutar correctamente los preliminares que inicien el camino hacia la consecución de un gran orgasmo nada mejor que canalizar las emociones sentidas hacia la otra persona y convertirlas en besos, caricias, lamidos, palabras susurradas al oído… Son muy variados los recursos que pueden emplearse a la hora de despertar los deseos más ocultos de la pareja. Una caricia en el momento adecuado o una obscenidad susurrada pueden bastar para que esos deseos afloren liberados de toda atadura. El dirty talk o hablar sucio, después de todo, es un arte que, bien utilizado, puede servir para verter sobre las brasas de una relación en fase de rutina el combustible necesario para hacer reavivar en ella las llamas y el fuego de los momentos de mayor intensidad erótica de la pareja.
Para sacar el máximo rendimiento posible a los preliminares eróticos resulta fundamental conocer la propia sexualidad. Sólo conociéndola y desbloqueándola de tabúes, miedos e inseguridades se puede compartir plenamente con los demás. Para ello, no basta con conocerla. Hay que saber comunicarla. Hay que saber expresar al otro qué deseamos que nos sea hecho y qué deseamos hacer. Sólo de la comunicación libre y sincera entre los dos miembros de la pareja sobre los actos que, eróticamente, pueden realizarse conjuntamente podrá obtenerse una relación plenamente satisfactoria. Sin esa comunicación fluida y sincera siempre quedarán prácticas anheladas sin hacer o realizadas defectuosamente y la relación sexual nunca será todo lo placentera y satisfactoria que podría llegar a ser.
El orgasmo, en el fondo, es el resultado final de una serie de acciones en las que pesa por encima de todo el componente emocional. Es dicho componente el que concede al orgasmo humano una dimensión que excede al de la simple resolución de una tensión sexual para convertirlo en algo que, como dijo el cantante, se acerca a lo que podríamos definir como “experiencia religiosa” o “experiencia mística”. Después de todo, en el momento del orgasmo cualquiera tiene derecho a compararse a Dios. Lo dijo un filósofo de prestigio y si lo dijo él…
Para alcanzar dicho momento y dicha intensidad, pues, no basta con centrarse en lo genital. Reducir lo sexual a lo genital es quedarse solamente con una parte del complejo y rico entramado de ítems que forman parte de lo que conocemos como sexualidad. Poner los cinco sentidos y utilizarlos, besar y ser besado, acariciar y ser acariciado, lamer y ser lamido, entregarse y recibir es fundamental para que el sexo se convierta en algo más intenso y placentero que un simple intercambio de fluidos.
Una buena manera de potenciar el papel estimulador de los preliminares eróticos es recurrir al uso de juguetes eróticos. Pensar que un vibrador, un dildo o un pene realístico es un juguete erótico para uso y disfrute solitario de la mujer es pecar de tener una visión reduccionista de dicho juguete.
Un juguete erótico puede ser, en el seno de la pareja, un maravilloso instrumento a la hora de reavivar una pasión adormecida por la rutina. Un vibrador utilizado con imaginación durante los preliminares eróticos puede proporcionar grandes y numerosos momentos de placer a la pareja. Un plug anal o unas bolas tailandesas pueden servir para aventurarse por caminos tan desconocidos como placenteros y una crema estimulante (bien sea masculina, bien lo sea femenina) puede ser una garantía a la hora de aumentar la sensibilidad genital de la pareja y, con ello, un fantástico recurso para incrementar la intensidad del orgasmo una vez éste haya sido alcanzado.
Si quieres mejorar tus preliminares sexuales debes contar también con la participación del factor ambiente. Un ambiente que estimule los sentidos siempre favorecerá mucho más la práctica sexual que un ambiente frío y desangelado. La luz tenue y una música romántica son, en este sentido, recursos impagables. También lo es, a la hora de ambientar el espacio del amor, la utilización de velas aromáticas que puedan utilizarse como velas de masaje.
El uso de aceites de masaje que añadan suavidad a las caricias y al recorrido que tus manos hagan sobre el cuerpo de tu pareja puede ser otro recurso muy útil para añadir erotismo y efectividad a tus preliminares eróticos. Gracias a dichos aceites podrás hacer más intensa la estimulación erótica y, a la larga, más intenso el orgasmo.
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