La próstata es un órgano que desempeña un rol fundamental en la vida sexual de un hombre. Del tamaño de una castaña y ubicada tras los huesos púbicos, la próstata es un órgano glandular que conecta la vejiga con la uretra y que se encarga de producir el semen. Al hombre, pues, pocas cosas le preocupan tanto como la salud de su próstata. Una próstata que funciona bien es, para el hombre, casi un símbolo. La próstata sana es símbolo de fortaleza sexual. Una próstata enferma, por el contrario, es símbolo de una sexualidad que no funciona como debiera.
Entre las enfermedades que pueden afectar a la próstata y, por tanto, a su funcionamiento, podemos destacar tres: la prostatitis, el cáncer de próstata y la hiperplasia benigna de próstata. Si la primera afecta a la parte central de la próstata y el cáncer a su parte periférica, la hiperplasia benigna lo hace en la llamada zona transicional, es decir, en la parte en que se produce la transición entre la próstata y la uretra.
La hiperplasia benigna acostumbra a ser una enfermedad fruto de la edad. Es por tanto, y en gran medida, inevitable. Algunos hombres la empiezan a experimentar cuando rondan los 50 años de edad. Las estadísticas dicen que más de la mitad de los hombres la padecen a partir de los sesenta y que el porcentaje de hombres cuyas edades oscilan entre los 70 y los 80 y la padecen es del 90%.
La hiperplasia benigna está relacionada con el aumento relativo de los estrógenos respecto de la testosterona y se manifiesta con un engrandecimiento de la próstata. Dicho engrandecimiento provoca molestias en forma de irritación, complicaciones en el momento d empezar a orinar o goteo de orina una vez se ha finalizado. En algunos casos, sin embargo, la hiperplasia benigna puede llegar a provocar infecciones del tracto urinario, cálculos en la vejiga, sangre en la orina y, en casos extremos, daños en el hígado, ya que la orina llega a refluir hasta él.
Recientes estudios médicos apuntan que la salud de la próstata, tan importante para el hombre, puede mejorarse gracias a la aplicación de masajes prostáticos. ¿Por qué?
- Porque el masaje prostático, al igual que todo tipo de masaje, provoca en la parte en que se aplica un aumento del flujo sanguíneo. Y eso, al igual que sucede con otros órganos, es beneficioso para la próstata.
- Porque el masaje prostático puede ayudar a mantener a raya las bacterias que podrían albergarse en un órgano como la próstata, formada por millones de glándulas productoras de fluidos microscópicos. Al aplicarse, el masaje prostático elimina la capa protectora que, en ocasiones, forman esas bacterias. La eliminación de esa capa protectora gracias al masaje prostático es muy importante en los casos en que se padece prostatitis, pues al eliminar dicha capa estamos favoreciendo que la medicación llegue a la zona que se haya infectada.
¿Cómo hacer un masaje prostático?
Sabiendo, pues, que el masaje prostático es bueno para la salud de la próstata y que, además, puede utilizarse como una estimulación de carácter sexual para, gracias a él, intensificar el placer experimentado durante el orgasmo, vamos a ver cómo debe realizarse un masaje prostático siendo consciente, al proporcionar esta información, de que muchos hombres son absolutamente reacios a este tipo de estimulación. Y es que el hecho de que la estimulación prostática no pueda realizarse (no hay otra forma de acceder a la próstata) sino a través del ano, hace muchos hombres conciban este tipo de masaje como una modalidad de sexo anal. Y el concepto de sexo anal pasivo, en la mentalidad de muchos hombres, remite directamente a una palabra casi maldita: homosexualidad. Por eso, porque para gozar de un masaje prostático es necesario que “algo” se introduzca dentro del ano masculino, son muchos los hombres que, sin haberlos experimentado, renuncian a los intensos placeres del masaje prostático.
Nosotros, desde aquí, romperemos una lanza a favor de la defensa de todo tipo de placer y del derribo de aquellos tabúes que impidan alcanzarlo. Por eso vamos a dar a continuación una serie de consejos básicos para realizar un masaje prostático que sea saludable para la salud de la próstata y, al mismo tiempo, sirva para incrementar la intensidad del orgasmo masculino.
Antes de realizar un masaje de la próstata debemos decidir si vamos a realizarlo con las manos o, por el contrario, vamos a recurrir a la ayuda de algún tipo de juguete sexual para hacerlo. Si recurrimos a esta segunda opción debemos saber que lo aconsejable siempre es invertir un poco más en un juguete sexual que nos asegure una calidad mínima tanto en la funcionalidad de su diseño como en los materiales empleados en su fabricación. En el mercado podemos encontrar una amplia variedad de estimuladores. Informarse bien y saber exactamente qué es lo que se está buscando y lo que se necesita es fundamental para extraer al juguete su máximo rendimiento y poder así, con él, efectuar un perfecto masaje prostático. En SexshopDreams puedes encontrar una amplia variedad de estimuladores del punto P.
Una vez se haya decidido si el masaje de la próstata va a realizarse con las manos o con algún juguete erótico deberemos dar los primeros pasos para realizar un masaje que siempre deberá obedecer a un principio básico: el de la calma. El masaje prostático debe realizarse en todo momento con calma, sin prisas, estimulando poco a poco el ano para que éste se relaje y utilizando siempre un lubricante que, colocado tanto en el dedo o en el juguete como en la entrada del ano y su interior, permita al dedo o al estimulador que vaya a utilizarse deslizarse mejor por una zona en la que confluyen un gran número de terminaciones nerviosas y que, por tanto, resulta muy sensible.
Antes de proceder a cualquier tipo de estimulación o penetración, sin embargo, el hombre que va a recibir el masaje prostático deberá adoptar una postura que permita tener acceso a la zona en que se encuentra la próstata. ¿Qué postura es ésa? Tumbado boca arriba y con las piernas flexionadas.
Una vez colocado así, la persona que vaya a realizar el masaje deberá introducir un dedo (o, en su caso, el juguete sexual escogido) en el ano de quien recibe el masaje prostático. ¿Cuánto? No demasiado. Hay que tener en cuenta que la próstata se encuentra cerca de la entrada del ano, por lo que no será necesario introducir el dedo en exceso dentro de aquél.
Una vez el dedo (o el juguete) llegue a la zona en que se encuentra la próstata (se podrá identificar ésta porque al tacto parece algo así como una canica grande que destacara del resto del canal anal), quien realice el masaje prostático deberá mover el dedo suavemente aunque presionando sobre esa bolita (la próstata) ligeramente. Es importante, en este sentido, remarcar la idea de suavidad. No hay que olvidar nunca que sin suavidad y calma este tipo de estimulación puede traducirse en dolor. Y el dolor no es el fin que se persigue con el masaje prostático. No en vano, gracias a él y sin necesitar ningún tipo de estimulación más, un hombre, además de velar por la salud de su próstata, puede llegar a alcanzar el orgasmo.