Un juguete erótico merece un cuidado especial. Después de todo, ese juguete es uno de tus mejores amigos. ¿Quién, sino un buen amigo, puede dar placer de forma tan desinteresada? Por eso merece todos nuestros mimos y nuestro cuidado. Además: el juguete erótico está en contacto de una manera más o menos asidua con nuestras partes más íntimas y eso nos exige el mantenimiento de una higiene especial. Cuidándolo, no sólo nos garantizaremos su correcto funcionamiento y el que nos proporcione todo el placer que sólo él sabe proporcionar. También evitaremos cualquier tipo de infección más o menos latosa, más o menos grave.
Lo primero que hay que hacer con un juguete erótico recién comprado (y una vez revisado para comprobar que no tenga ningún tipo de defecto de fabricación, una rebaba, algún agujero, etc.) es lavarlo antes de usarlo por vez primera. Ese lavado, como todos los que se efectúen posteriormente, deberá realizarse con jabones neutros o antibacteriales. Los jabones no neutros o perfumados no son adecuados para limpiar este tipo de artilugios ya que alguno de los componentes de esos jabones podría resultar irritante para las mucosas vaginales o anales.
Al realizar el lavado de un juguete erótico hay que tener cuidado para que el agua no entre en contacto con la batería en aquellos juguetes que la posean. Lavar el juguete antes y después de cada uso es fundamental para mantener una correcta higiene del mismo. El secado del juguete erótico es conveniente que se realice al aire sin utilizar ningún tipo de paño o toalla.
Algo que hay que tener muy en cuenta para mantener una correcta higiene de un juguete sexual es el uso que se va a hacer del mismo y si se va a compartir o no. Si se comparte un juguete o si el mismo está destinado al mismo tiempo a la estimulación vaginal y anal es absolutamente recomendable utilizar el juguete empleando un preservativo. Esto evitará el contagio de infección o la transmisión de bacterias (tan abundantes en la zona anal) a la zona vaginal.
Otra cosa que hay que valorar a la hora de utilizar un juguete erótico es el tipo de lubricante que se va a usar. No se recomiendan los lubricantes a base de silicona o aceites y vaselinas. Estos lubricantes pueden dañar al juguete. Por eso se recomienda el uso de lubricantes con base acuosa. Sólo los juguetes eróticos de cristal admiten cualquier tipo de lubricante.
Como puedes imaginar, el material de que está hecho el juguete erótico exige su propio tipo de limpieza. No es lo mismo limpiar un juguete realizado con látex que uno realizado con silicona, ni uno de plástico duro que uno de jelly.
De entre todos los materiales, la silicona es el más idóneo para fabricar juguetes eróticos: se adapta bien a la temperatura corporal, ofrece sensación de naturalidad, es hipoalergénico, transmite las vibraciones de una manera eficaz y, además, permite una fácil limpieza. El hecho de que no sea un material poroso hace que sea así. Agua tibia y jabón neutro bastan para limpiar un juguete erótico de silicona. El agua hirviendo o el lavavajillas también sirven a esos efectos.
El yelly y el látex, al ser porosos, exigen el uso de un jabón antibacteriano. El segundo, además, por sus características, impide el uso de agua hirviendo como técnica esterilizadora. Sí puede usarse, sin embargo, con el plástico duro, otro de los materiales de fácil limpieza.
Sea cual sea el método elegido y el material del juguete, es fundamental guardarlo correctamente a la espera de su próximo uso. Guardarlo sin pilas y en lugar bien seco y en el que el calor no sea excesivo es muy importante para conservarlo. También guardarlo por separado y empolvarlo con talco si es de látex o jelly. En este último caso, lógicamente, se hará imprescindible un nuevo lavado del juguete antes de su uso.
Además de seguir todos estos pasos, siempre es recomendable para conseguir un óptimo mantenimiento de nuestros juguetes eróticos utilizar algunos de los limpiadores de juguetes eróticos que las diferentes marcas (Cobeco Pharma, Eros, Pjur…) tienen en el mercado.