Que España es un país con una rica y variada diversidad cultural es algo que nadie pone en duda. Más allá de los debates identitarios, tan de boga en estos tiempos, lo cierto es que hay notables diferencias entre las peculiaridades culturales de, por ejemplo, Cataluña y las de Andalucía, del mismo modo que las de Extremadura son muy distintas a las de Galicia, Aragón o País Vasco. Las razones que justifican esas diferencias pueden ser muchas. No vamos a realizar aquí un minicurso acelerado de historia. Lo que sí vamos a recalcar es que las diferencias entre Comunidades Autónomas alcanzan incluso a las preferencias por unos juguetes eróticos u otros.
La existencia de unas tendencias comunes en todo el territorio español no impide que las personas de una Comunidad Autónoma en particular tengan cierta tendencia a escoger un determinado juguete erótico sobre otro. Eso, al menos, es lo que se desprende de un estudio realizado por Amantis, uno de los más veteranos sex shops de nuestro país sobre la base de 300.000 compras realizadas en sus tiendas durante la última década.
El estudio demuestra que el juguete sexual preferido por las españolas y españoles es el vibrador. ¿Quiere eso decir que es el juguete más comprado? No. El producto erótico más comprado por los españoles es el lubricante íntimo o lubricante con base al agua. Tras él, son los vibradores sexuales sumergibles y los lubricantes anales los productos eróticos más comprados en los sex shops españoles. El “tirón comercial” de este último producto (los lubricantes anales) indica hasta qué punto el sexo anal va, poco a poco, ganando adeptos/as. Y es que los productos eróticos destinados a la práctica del sexo anal ya copan, según el estudio de Amantis, el 9% de las ventas de los sex shops españoles.
Según el mencionado estudio, el 21% de los españoles compran juguetes sexuales con la finalidad de enriquecer los juegos sexuales dentro de la pareja. Es decir: algo más de la quinta parte de los españoles y españolas que compran juguetes eróticos lo hace para que dichos juguetes sean utilizados dentro de la relación de pareja. Así, poco a poco, el juguete erótico va dejando de ser visto como el sustitutivo de algo o como herramienta destinada a la masturbación para ser visto como una herramienta de placer compartido. De hecho, la masturbación en pareja está perdiendo su halo de “rareza” para ser considerada, cada vez más, una práctica erótica “normal”. Esta práctica, lógicamente, se enriquece con el uso de masturbadores masculinos y femeninos.
El estudio sobre las tendencias de consumo de juguetes eróticos en España al que nos referimos en nuestro artículo muestra cómo las comunidades autónomas que cuentan con una renta per cápita más alta son, también, las comunidades autónomas en las que sus habitantes muestran mayor interés por los juguetes eróticos.
A la cabeza de todas estas comunidades autónomas se encuentran Madrid y el País Vasco. Según los datos proporcionados por Amantis, por cada 1.000 habitantes de Madrid, 12 son consumidores de productos eróticos. Este ratio duplica la media nacional de pedidos, que es de seis pedidos por cada 1.000 habitantes. Entre los juguetes eróticos preferidos por los madrileños y madrileñas, los arneses eróticos son los más vendidos, seguidos por los dildos y los vibradores anales. Tras estos juguetes eróticos, los habitantes de la Comunidad Autónoma de Madrid también muestran especial predilección por los complementos dedicados a la mejora del rendimiento sexual, así como por las bolas chinas (tan útiles para fortalecer el suelo pélvico) y los vibradores para el punto G.
Tras Madrid, las comunidades autónomas que más juguetes eróticos consumen son el País Vasco y las Islas Baleares, dos de las comunidades autónomas con mayor renta per cápita del país.
En el extremo opuesto del abanico peninsular en cuanto a compra de juguetes eróticos se trata encontramos a Extremadura, Canarias, Ceuta y Melilla. En cada una de estas comunidades autónomas triunfa un producto erótico en particular. En Extremadura, por ejemplo, triunfan los vibradores anales realísticos; en Canarias, los vibradores con rotación; en Ceuta, aquellos productos que persigan la mejora del rendimiento sexual. En Melilla, por su parte, triunfan los productos destinados a la práctica del azote erótico y las prendas de lencería erótica.
En cuanto a las prendas de lencería se refiere, la lencería de cuero triunfa especialmente en Asturias y en Cataluña. En Cataluña triunfan también los dildos gigantes, los dildos dobles, los vibradores realísticos y los vibradores de punto G. Este último producto es, también, uno de los productos eróticos más demandados por los habitantes de Galicia. Los dildos gigantes son, junto a las bolas chinas, los juguetes eróticos preferidos por andaluces y andaluzas.
Finalmente, el informe elaborado por Amantis habla de los desarrolladores de pene como de los juguetes eróticos preferidos por valencianos y castellano-manchegos.
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