Nadie dijo que la vida de pareja sea algo fácil. No lo es cuando se comparte vivienda y tampoco cuando esa relación, por motivos diversos, se mantiene a distancia. Mantener una relación a distancia implica lidiar con una serie de hándicaps. Quien mantiene una relación a distancia pasa buena parte de su tiempo haciendo equilibrios sobre la cuerda floja de las dudas. Una relación a distancia es un territorio abonado para la incertidumbre y los celos y para que el sentimiento de culpa por no ver más a menudo a la pareja realice su labor de zapa.
Regular las emociones de una manera madura y positiva es fundamental para mantener una relación de este tipo. También lo es el mantener una comunicación fluida. Esto, ahora, gracias al auge de las redes sociales, la comunicación por móvil o las videoconferencias, es mucho más sencillo que hace unos años, cuando había que esperar la llegada del correo o echar mano de costosas conferencias para poderse comunicar.
Descuidar la comunicación entre los miembros de la pareja a distancia es dar un paso de gigante hacia la ruptura de la misma. Y es que, después de todo, si buscamos mantener una relación sentimental con alguien es, en buena medida, para acompañar y sentirnos acompañados, para compartir el tiempo del ocio, para hacer planes conjuntos de futuro y, por supuesto, para gozar de las mutuas sexualidades. El contacto visual, las caricias y el sexo son necesarios para que una relación de pareja tenga bien engrasados sus mecanismos de funcionamiento. Pero… ¿cómo conseguir esto si entre los dos cuerpos que se desean median, en ocasiones, centenares de kilómetros?
El sexo a distancia o sexting se erige en muchas ocasiones como el método vicario ideal para sustituir lo que, anhelándose, no puede tenerse. Así, el envío mutuo de imágenes eróticas o, directamente, sexuales o, si se quiere, pornográficas a través del móvil, el ordenador, etc., puede servir para que la pareja, de algún modo, coordine sus momentos de excitación y masturbación para vivir durante esos momentos la fantasía de estar juntos.
La industria del juguete erótico, sabedora de este anhelo insatisfecho de contacto sexual de la pareja a distancia, ha creado una serie de juguetes eróticos para que las parejas puedan compartir el disfrute de su sexualidad a distancia. En este artículo vamos a realizar un breve repaso por algunos de los juguetes eróticos para parejas a distancia más populares.
Vibradores a distancia
Tal y como veremos a continuación, todos los juguetes eróticos para parejas a distancia de los que vamos a hablar aquí tienen algo en común: todos ellos obligan a los dos miembros de la pareja a distancia a tener un dispositivo con conexión a internet. Si la existencia de la red estos juguetes eróticos para parejas a distancia no habrían llegado nunca a ver la luz.
De entre todas las marcas de juguetes eróticos si hay una que se ha especializado en el sexo a distancia y en la creación de juguetes que lo permitan ésa es Lovense. Lovense ha creado una pareja de juguetes, Max (masturbador para él) y Nora (vibrador para ella), que son complementarios y que pueden controlarse a través de Body Chat, una aplicación para móvil creada especialmente por Lovense y que permite, por ejemplo, que mientras el chico se masturba con Max, la chica sienta cómo Nora actúa sobre ella. Esta aplicación permite también lo contrario. Es decir: cuando la chica se introduzca el vibrador el chico notará como su masturbador presiona sobre su pene como lo podrían hacer las paredes vaginales de su pareja si en ese momento, tuvieran la suerte de estar juntos haciendo el amor. Para conseguir esta doble y placentera sensación solo es necesario conectarse a internet con los respectivos smartphones y conectar a éstos (vía Bluetooth) con los juguetes.
Kiiro es otra de las grandes marcas especializadas en los juguetes eróticos para parejas a distancia. En este caso, el masturbador masculino recibe el nombre de Onyx y el vibrador femenino, de Pearl. ¿El modo de funcionamiento? Muy similar al diseñado por Lovense, ya que, en el caso de Kiiro, los juguetes eróticos de él y de ella también se conectan por Bluetooth.
La marca OhMiBod, por su parte, lanzó en su momento al mercado el BlueMotion, un vibrador pequeño y discreto que, conectado vía Bluetooth al aparato de móvil y teniendo Wifi o 3G, permite estimular el clítoris. El BlueMotion puede utilizarse en solitario (se puede controlar para que siga el ritmo de una música escogida) o en pareja. Para utilizarlo en pareja, basta con ceder el control (o sea, el móvil) a la pareja para que se ésta quien, en esta ocasión, diseñe los movimientos y vibraciones del estimulador.
Similar al BlueMotion es el Lush, un vibrador pequeño pero potente que, gozando del prestigio y de la fiabilidad de la marca Lovense, puede ser sincronizado con la música favorita de quien lo emplee y que, como el juguete erótico para parejas a distancia de OhMiBod, puede ser controlado a distancia por la propia mujer o, mucho más divertido, por su pareja.
Lovense, atenta a todos los tipos de placer sexual, lanzó al mercado también el Hush, un sextoy que vendría a ser, de alguna manera, la versión anal del Lush. El Hush, que está disponible en el mercado en dos tamaños de diámetro, 38 mm y 44,5 mm, es un plug anal manejable a distancia que ofrece múltiples funcionalidades y una vibración variable y potente.
Como vemos, las parejas a distancia tienen diversas opciones en el mercado para disfrutar de su sexualidad conjuntamente mientras esperan el momento en que las pieles y los cuerpos desnudos puedan, de nuevo, volver a tocarse.