La felación es una de las prácticas sexuales preferidas por el hombre. No hay hombre al que no le gusta que se la chupen. Tener el pene metido en la boca de la pareja o sentir cómo ésta lo lame y lo repasa con la lengua es, para el hombre, un placer indescriptible. Por eso la mujer que sabe mamársela bien a su pareja tiene mucho ganado a la hora de tenerlo rendido a sus pies.
Conocer las partes más sensibles del pene (glande y frenillo, principalmente) es fundamental para estimularlo convenientemente. Cada práctica sexual tiene su técnica y la felación no queda exenta de esa regla. Hay qué saber qué chupar, cómo chuparlo y a qué ritmo. Hay que saber mover la lengua y los labios cuando se tiene un falo ante ellos.
La fiesta del sexo oral
Pero en el sexo no todo es técnica. La implicación, a menudo, cuenta más que aquélla. Para que una mamada esté bien hecha debe resultar tan placentera para el elemento pasivo de la misma como para el activo. La persona que se la chupa a otra debe disfrutar haciéndolo. En caso alguno debe entenderse el sexo oral como una obligación (en el sexo no debería haber obligaciones) ni como un peaje que hay que pagar para alcanzar Dios sabe qué. Una churrupaílla hecha con desgana y con remilgos no puede dar el mismo resultado que una de esas mamadas a fondo en las que el elemento activo (vamos a suponer que sea una mujer)parece querer devorar ese trozo de carne temporalmente endurecido que se le ofrece.
La felación, como todo en el sexo, para ser disfrutado a fondo debe ser entendida como una fiesta. Una fiesta para los sentidos. Quien recibe la mamada goza al sentir la lengua y los labios de su pareja en una zona tan íntima, pero el gozo de aquella persona a la que se la chupan no se limita solo a eso. Esa persona también disfruta contemplando cómo su pareja se entrega a esta práctica, cómo se arrodilla ante él y se mete su falo en la boca. Por su parte, quien realiza la mamada goza contemplando esa verga amenzadora a medio palmo de su cara y disfruta también contemplando cómo palpita dentro de su boca.
Dicho esto, queremos resaltar que debemos entender la felación (y la inmensa mayoría de las prácticas sexuales) como un juego. El sexo debe ser algo lúdico. Y, como en todo juego, resulta imprescindible aceptar en él el uso de juguetes destinados a su práctica. Hablar de usar juguetes eróticos a la hora de realizar una felación es hablar de la esencia misma de los juguetes eróticos. Sin ellos se puede practicar sexo, claro, pero muy probablemente el sexo que se practique será mucho menos divertido. Mucho menos experimental. Las mamadas, sin duda (¿cómo decir lo contrario?), son muy gustosas. ¿Pero no lo serían más si introdujerámos en su práctica el uso de algún juguete?
Juguetes para adultos para enriquecer la felación
La imaginación lo es todo en el sexo. Quien es imaginativo en la cama tiene mucho ganado a la hora de disfrutar en ella. Seguro que, si te paras a pensar, encuentras más de una manera de introducir los juguetes eróticos en las mamadas, pero nosotros vamos a darte un puñado de ideas:
- Manga moldeadora. Si el hombre es resistente y se muestra muy lejano a la eyaculación precoz, la felación puede resultar cansada para la mujer que la está chupando. Para descansar de tanto en tanto, la manga moldeadora puede venir muy bien. Bastará, gracias a su textura, con mover la mano suave y lentamente, cogiendo con la manga el eje de la polla, para proporcionar a ésta la sensación de seguir siendo mamada. Para este mismo fin pueden servir los masturbadores masculinos con sensación de mamada. En este blog hemos hablado en alguna otra ocasión de algunos de ellos.
- Spray para practicar la garganta profunda. Es fácil sentir náuseas al practicar (sobre todo si son las primeras veces) una garganta profunda, es decir: ese tipo de sexo oral en el que el pene llega, para ser explícitos y muy visuales, hasta la campanilla de la mujer que lo está mamando. Con un spray que, de alguna manera, adormece la zona, es mucho más complicado el sentir náuseas al realizar este tipo tan concreto de felación.
- Vibrador de lengua. Adaptado a la lengua de quien la está chupando, este sextoy para mamadas puede resultar muy útil y puede proporcionar muy deliciosos y enloquecedores matices de placer.
- Pastillas de menta. Las pastillas mentoladas sirven para producir en los genitales del hombre un cosquilleo que resulta muy agradable. A ninguna mujer a la que le guste mamarla le deberían faltar en su bolso.
- Geles. Los geles saborizantes para sexo oral pueden hacer más agradable las chupadas tanto para quien las recibe como para quien las hace. Un sabor afrutado puede ayudar a vencer los remilgos.
- Balas vibradoras. ¿Te imaginas lo que puede hacer este pequeño juguete erótico en el glande, el frenillo o los testículos mientras tu pareja te lame o devora la polla?
Finalmente, hay que destacar que la felación, como tal, se puede combinar con otro tipo de estimulaciones para que resulte más placentera y, finalmente, explosiva. Por ejemplo: ¿no puede resultar estimulante sentir en los pezones la vibración que pueden producir unas pinzas mientras tu pareja te la está chupando? Y, si, por poner otro ejemplo, consigues vencer el tabú que impide a muchos hombres gozar de la estimulación anal, ¿no puede resultar enloquecedor sentir en tu ano la vibración de un plug mientras tu polla está hundida en la boca de tu pareja?
Anímate y échale imaginación a tus momentos dedicados al sexo oral. Seguro que te resulta mucho más placentero tanto si deseas disfrutar de esta práctica sexual de una manera pasiva como si deseas hacerlo desde la vertiente activa. Si te decides a dar el paso y buscas algún juguete erótico para felaciones en concreto, bucea en el catálogo de juguetes para adultos de SexshopDreams. Seguro que vas a encontrar el juguete que va a conducir a tus mamadas (recibidas o dadas) a una nueva dimensión.