Toda conversación sobre juguetes eróticos acaba, tarde o temprano, girando alrededor de la cuestión de la conveniencia o no de un determinado material a la hora de realizar un juguete para adultos. La gente suele opinar, por ejemplo, sobre cuál es el mejor material para elaborar un dildo. Para dar una respuesta a dicha pregunta se suelen tener en cuenta diversos factores. El del tacto del mismo y el de la facilidad a la hora de limpiarlo son, sin duda, dos de esos factores.
En esta sección ya dedicamos un post al tema de la limpieza de los juguetes eróticos. En ese artículo ya hablamos de uno de los materiales más apreciados por los defensores de una limpieza sencilla y segura del juguete erótico. Ese material es el cristal y a él vamos a dedicarle nuestra atención en este post.
El juguete erótico de cristal tiene, ante todo, una característica que permiten hacer de él un juguete muy placentero. Esa característica radica en el hecho de tratarse de un material absolutamente liso. Eso, unido al uso de un lubricante (de obligatorio empleo siempre que se utilice un dildo o un vibrador), lo convierten en un material idóneo para garantizar un deslizamiento sencillo y muy sensual del juguete erótico que esté elaborado con él.
Otro de los factores que juega a favor del juguete erótico de cristal como excelente acompañante de aquellas personas que, solas o en compañía, quieran gozar de sus prestaciones, es el de la posibilidad de experimentar con la temperatura a la hora de incorporar nuevas sensaciones a las relaciones eróticas. El cristal adquiere rápidamente la temperatura que le proporcione el agua caliente o fría. En verano, pues, se puede experimentar con un dildo de cristal que, previamente pasado por el grifo del agua fría, aporte un punto de frescor al acto erótico. En invierno, por su parte, se puede actuar exactamente al revés, es decir: calentando el dildo de cristal con agua caliente o, envuelto en un paño, con un pequeño tiempo de microondas, para, así, incorporar un toque de calidez a esa vagina o a ese ano en el que el dildo de cristal va a introducirse.
El juguete erótico de cristal, como hemos dicho, ofrece la facilidad de su limpieza. El cristal es impermeable y completamente hipoalergénico. Ni puede producir alergias (como sí pueden hacerlo, por ejemplo, el látex o el plástico), ni facilita el que las bacterias se depositen en él. Pueden lavarse con jabón bajo el grifo o pueden, incluso, meterse en el lavavajillas, donde, al igual que los vasos, platos o copas de nuestra vajilla, recibirán un lavado exhaustivo.
Los amantes del juguete erótico de cristal suelen defender igualmente al cristal sobre otros materiales utilizados para elaborar juguetes sexuales por las posibilidades de personalización que ofrece. ¿Qué quiere decir esto? Sencillamente, que, al realizarse con vidrio soplado, se pueden incorporar relieves y rugosidades elegidos por el usuario y que sirvan para estimular aquellas partes de la vagina o del ano que se deseen estimular. Proveer al dildo de cristal de una rugosidad o un volumen especial para, con esa rugosidad, estimular el punto G, es una de las posibilidades por las que puede optar el fabricante de juguetes eróticos de cristal a la hora de elaborar su producto.
Éste, por otro lado, será siempre un tipo de dildo que proporcione una penetración dura y contundente. La firmeza de la penetración proporcionada por el juguete erótico de cristal puede hacer las delicias de aquellas personas a las que les guste este tipo de penetración.
El juguete erótico de cristal, además, y siempre que no se caiga o golpee, es un juguete para toda la vida, ideal para establecer una relación duradera con su usuaria o usuario.
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