Uno de los mitos que suelen asociarse a la práctica sexual es el placer que se imagina inherente a una sesión de sexo en el agua. Se suele hablar del sexo en el agua como del súmmum del placer. Quizás por eso las empresas que alquilan habitaciones por horas a las parejas de amantes suelen incluir entre los servicios disponibles en dichas habitaciones el de los jacuzzi. Hacer el amor en un jacuzzi es un acto que está rodeado de un aura de innegable sensualidad. Más acá de la sofisticación del jacuzzi, el sexo en el baño o en la ducha tiene, sin duda, una larga corte de seguidores.
¿Qué factores del sexo en el agua resultan tan sugerentes? En primer lugar, el relax especial que al cuerpo le proporciona el agua caliente. En segundo, la sensualidad y suavidad que el jabón puede proporcionar a las caricias. Una caricia siempre es más fácil de realizar, y resulta más sensualmente estimulante, cuando se realiza con la mano enjabonada. Eso sí: quienes hayan practicado en alguna ocasión el sexo en el agua ya saben que hay que tener una serie de prevenciones en cuenta.
La primera de ella, fundamental, es comprender que una bañera o un plato de ducha enjabonado puede ser una trampa resbaladiza que ocasione más de una caída. Para evitarlo, nada mejor que colocar una alfombrilla antideslizante.
La segunda de ellas, a menudo olvidada, es que el agua acostumbra a eliminar o reducir la lubricación normal del cuerpo, lo que obliga a sustituirla de algún modo. Para conseguir restituir esa lubricación hay que utilizar un lubricante con base de silicona ya que los lubricantes con base al agua se diluyen en el agua del baño. Hay quien opta por utilizar el jabón como lubricante, pero esto es algo que nosotros no aconsejamos. El jabón, en contacto con las mucosas vaginales, puede causar algún tipo de irritación vaginal. La opción principal como lubricante, pues, es el uso del lubricante con base de silicona.
¿Qué problema plantea, sin embargo, el uso de lubricantes con base de silicona? Que no pueden utilizarse con juguetes eróticos que estén hechos de dicho material. Y un juguete erótico, no lo olvidemos nunca, siempre es un gran complemento para el sexo. También en el agua.
Para el sexo en el agua podemos utilizar diversos tipos de juguetes eróticos: vibradores exteriores que sirvan para estimular tanto el clítoris como los pezones, el glande o el ano; o vibradores interiores que sirvan para la penetración vaginal, la doble penetración o la penetración anal.
Hay juguetes eróticos acuáticos míticos como los patitos vibradores y algunos mucho más modernos como pueden ser jaboncitos que, al mismo tiempo que para proporcionar higiene y suavidad, pueden servir para estimular zonas no internas vaginales gracias a la bala vibradora de la que van acompañados.
Algo que hay que tener en cuenta al elegir un juguete erótico acuático si es eléctrico es saber si el juguete es resistente a la inmersión. Y es que una cosa es el contacto con el agua que pueda caer de la ducha y otra el sumergir el juguete en el agua del baño. Si el juguete sólo es resistente al agua, es muy probable que sufra algún deterioro si se introduce completamente en el agua durante un tiempo mínimamente prolongado.
Una buena opción para utilizar juguetes eróticos en el agua es utilizar juguetes sexuales de cristal. El cristal es un material idóneo para jugar en el agua, ya que, además de resultar especialmente resbaladizo y sensual, adopta fácilmente la temperatura del agua, por lo que incorpora una sensación térmica muy efectiva.
Sea cual sea el tipo de juguete erótico acuático escogido, nuestro consejo es siempre (para evitar contactos de jabones durante mucho tiempo con las mucosas vaginales) priorizar el uso de la ducha sobre el del baño. Si se practicara el sexo en bañera, lo mejor es hacerlo de pie o, en su defecto, a cuatro patas. Lo importante es mantener la vagina alejada del contacto continuo con el agua jabonosa mientras se produce la penetración o la estimulación tanto con el pene como con algún tipo de juguete erótico.
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