Las hierbas afrodisíacas

Es ley de vida. Conforme van pasando los años, la producción de testosterona se va reduciendo. Esa caída de la testosterona va acompañada de un progresivo dominio de los estrógenos en los niveles hormonales masculinos. Estos cambios hormonales pueden tener varios efectos. Uno de ellos puede ser la caída del cabello. Otro, la aparición del mal humor. Otro, una bajada de ánimo. El más temido, quizás, la pérdida del deseo sexual o la aparición de algún tipo de disfunción sexual. El hombre, pues, se vuelve menos activo sexualmente. En esas situaciones, los afrodisíacos desempeñan un papel fundamental para devolver al hombre esa “energía sexual” que los años o las circunstancias vitales (estrés, cansancio, depresión, etc.) han ido absorbiendo.

Desde tiempos inmemoriales, el hombre ha intentado encontrar o elaborar productos que sirvieran para paliar los efectos de esa disminución de la testosterona que acompaña a la aparición de la vejez. Hubo un tiempo en que, por ejemplo, los testículos de toro o de león eran cocinados para que el hombre recuperara la virilidad perdida. Los chinos, por su parte, elaboraban con el mismo fin su famosa sopa de nido de golondrina. Estas aves construían sus nidos sobre acantilados marinos sirviéndose de algas marinas y de su propia saliva. Ambos productos eran considerados por los chinos como productos altamente vigorizantes.

Al hablar de la búsqueda que históricamente ha llevado a cabo el hombre para encontrar afrodisíacos naturales hay que hablar del reino vegetal. En el reino vegetal podemos encontrar hierbas que promueven de manera natural la producción de andrógenos y que, por tanto, pueden servir como revitalizantes.

Entre las hierbas afrodisíacas que el hombre ha utilizado a lo largo de los años podemos encontrar las siguientes:

• Tongkat Ali (Eurycoma longifolia). Esta hierba afrodisíaca, utilizada tradicionalmente en las islas de Indonesia, está especialmente indicada para aumentar la producción de testosterona y para mejorar la calidad del esperma.
• Eleuterococo (Eleutherococcus senticosus). A esta hierba afrodisíaca se la conoce también con el nombre de ginseng siberiano. Los efectos, de hecho, son similares a los del ginseng. Estimulante de la función nerviosa e intelectual, el eleuterococo, al igual que el ginseng, debe su poder afrodisíaco a su capacidad de incrementar la función endocrina de las glándulas sexuales y suprarrenales.
• Jengibre (Zingiber officinale). En la cultura hindú, el jengibre, presente en muchos platos de su gastronomía, es la hierba afrodisíaca por excelencia. Como condimento o bien como infusión o tisana, el jengibre estimula la circulación sanguínea y favorece las erecciones y el flujo de espermatozoides.
• Horny Goat Weed (Epidemium grandiflorum). Esta hierba afrodisíaca ha sido utilizada durante siglos por la medicina tradicional china para aumentar la vitalidad física y mental. Con poderosos poderes antioxidantes, el Horny Goat Weed sirve para proteger del envejecimiento prematuro, para estimular el flujo sanguíneo y para proporcionar al cuerpo una serie de alcaloides y esteroles vegetales que actúan del mismo modo que lo hace la testosterona.
• Hinojo (Foeniculum vulgare). Esta planta afrodisíaca, que se utiliza como especia y condimento alimentario, estimula la producción de esperma e incrementa el deseo sexual.
• He Shou Wu (Polygonum multiflorum). Esta hierba ha sido utilizada tradicionalmente en la medicina china para alejar el fantasma de la calvicie y para luchar contra las canas.
• Yerba Mate (Ilex paraguaiensis). Esta hierba, famosa por ser consumida en infusión en muchas zonas del Cono Sur (Uruguay, Argentina, Chile…), sirve para proteger las glándulas de adrenalina. Dichas glándulas desempeñan una tarea fundamental en la producción de testosterona.
• Maca (Lepidium meyinii). La maca o ginseng peruano es una de esas hierbas afrodisíacas que tradicionalmente se han utilizado (en sus versiones roja, amarilla o negra) para aumentar la oxigenación del cuerpo y sus niveles de energía. Los médicos naturistas destacan también las propiedades beneficiosas que la maca tiene para la salud de la próstata.
• Zarzaparrilla (Smilax aspera). La raíz de la zarzaparrilla contiene sustancias muy similares a la testosterona. Consumida en forma de raíz pulverizada, la zarzaparrilla se usa principalmente para combatir la impotencia masculina.
• Kapikacchu (Mucuna Pruriens). La medicina ayurvédica ha utilizado durante siglos esta hierba afrodisíaca para mejorar el ánimo y también la respuesta sexual. Una dosis de kapikacchu es algo así como una dosis de dopamina, ese neurotransmisor que está directamente asociado a la sensación de bienestar.
• Mostaza. Como estimulante de la circulación que es, la mostaza favorece la sensibilidad y las erecciones.

Junto a todas estas hierbas afrodisíacas podemos encontrar también el sésamo, la menta, la vainilla, la canela, el romero, el abrojo, la raíz de ortiga, el cardamomo, el apio, el guaraná, la regaliz…

Como vemos, la naturaleza no deja de ofrecernos un sinfín de productos que pueden servirnos para aumentar nuestra libido. Si repasamos manuales de medicina naturista seguramente encontraremos un sinfín de recetas y maneras de preparar tisanas o infusiones de todas estas hierbas para, gracias a ellas, ver cómo nuestra libido experimenta un notable incremento de su vitalidad. Pero, no nos engañemos: no siempre tenemos tiempo (o ganas) de acercarnos a la cocina a preparar una de esas tisanas ni siempre tenemos a mano una herboristería o tienda naturista en la que podamos encontrar alguna de esas hierbas afrodisíacas.

Por suerte, contamos con la ayuda de una experimentada industria farmacéutica que no ha cesado de buscar la manera de producir todo tipo de productos afrodisíacos (diluibles, chicles, potenciadores del semen, aceites corporales, cremas y geles vigorizantes, etc.) para ayudarnos a mantener on fire nuestra libido. Muchos de esos productos están elaborados a partir de hierbas afrodisíacas como las que hemos señalado en este artículo.

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