En el último artículo de nuestro Blog de SexshopDreams hablábamos del cunnilingus y dábamos una serie de consejos para realizarlo. En esta ocasión, y como defensores exacerbados que somos de todo lo que tenga que ver con el placer sexual (¿y hay placer sexual que pueda compararse al derivado de la práctica del sexo oral?), vamos a centrar nuestra mirada en la felación. Si en nuestro anterior artículo era la mujer quien adoptaba el rol pasivo, aquí es el hombre el destinatario de la estimulación oral.
La felación, lo dicen las estadísticas, es una de las prácticas sexuales más valoradas por los hombres. Pero hay maneras y maneras de practicar una felación. En este artículo del Blog de SexshopDreams queremos dar una serie de consejos para realizar una felación.
El primer consejo para realizar una felación tiene que ver con el ritmo. Al practicar sexo oral hay que olvidarse de las prisas. La calma, a la corta y a la larga, juega a favor del placer experimentado por el hombre al que se le practica la felación. Dejar que el pene se endurezca en la boca sin apenas realizar ningún movimiento puede resultar muy sexual. La simple calidez del aliento o la humedad de la lengua pueden resultar muy excitante para el hombre, que poco a poco se irá poniendo a tono e irá ganando mayor dureza en su erección.
El segundo consejo para realizar una felación tiene que ver con la lubricación. El sexo siempre es mejor cuando se practica en condiciones óptimas de lubricación. También a la felación le sienta bien ésta. Uno de los mayores errores que suelen cometerse al practicar una felación es el de pensar que la simple salivación de la boca de quien realizar la felación basta para lubricar el pene. Añadir un plus de lubricación con lubricantes comestibles es una buena idea a la hora de realizar una felación. Buenas ideas para aumentar la lubricación a base de saliva son, también, el chupar algún caramelo duro antes de iniciar la felación o el beber algún zumo de naranja.
Un error que suele cometerse al practicar una felación es olvidarse de los testículos al realizar la estimulación oral de la zona genital masculina. Los testículos, como órganos sensibles que son, agradecen la estimulación oral. Lamer el escroto o meterse un testículo en la boca y moverlo suavemente con la punta de la lengua son buenas ideas para realizar una felación. Es más: seguramente la mejor manera de empezar una felación es estimulando oralmente los testículos. La estimulación oral de los testículos servirá, sin duda, para hacer más intensa la erección.
Para estimular los testículos y para hacer más intensa y excitante la felación hay que recurrir al uso de unos órganos corporales que demasiado a menudo se olvidan cuando se practica una felación: las manos. Las manos deben servir para acariciar los testículos, para estimular el escroto, para coordinarse junto a la lengua y los labios de la parte activa de la felación para volver más excitante la experiencia. Un buen consejo para realizar una felación es servirse de las manos para alzar los testículos mientras la boca se dedica a la estimulación del pene. Las manos también pueden servir para estimular el tronco del pene mientras la lengua se centra en el prepucio, en el glande o en el frenillo. O para estimular el perineo. O, ¿por qué no?, para estimular el ano. El grado a que llegue dicha estimulación dependerá de los prejuicios del hombre. Hay hombres que, sin tabúes, disfrutan mucho más de la felación mientras, al mismo tiempo que disfrutan de la estimulación de su pene y sus testículos, sienten algo (un dedo, un plug, un dildo, un vibrador, unas bolas tailandesas) introducido en su ano.
Uso de la lengua
Una buena parte del éxito de la felación radica, sin duda, en el uso que se haga de la lengua. La felación, de hecho, casi no puede ser entendida sin tener en cuenta el papel que la lengua desempeña en su práctica. La lengua debe juguetear, por ejemplo, cuando el pene está introducido en la boca. Se puede dar con ella pequeños golpes contra el glande. Se puede acariciar con ella el perímetro del mismo. Se puede ejercer presión con ella y moverla de manera desigual variando los ritmos, las presiones o el lugar que se acaricia o lame con ella. Una parte del pene que la lengua no puede olvidar en la estimulación del mismo durante la práctica de la felación es el frenillo. El frenillo, ese pequeño pliegue cutáneo que une la cara inferior del glande con la superficie interior del prepucio, es la zona más sensible del pene. Para estimular oralmente o con la punta de los dedos el frenillo lo mejor es dibujar pequeños semicírculos sobre él o realizando pequeños recorridos de ida y vuelta sobre su eje.
Del mismo modo que recomendamos el uso variado de la lengua para realizar correctamente una felación advertimos de que el uso de los dientes debe estar completamente vedado. Lo más habitual es que ningún hombre encuentre placentero el hecho de sentir los dientes paseándose por esa parte tan especialmente valorada y sensible de su anatomía.
Sabiendo el papel que deben desempeñar la lengua, los labios, la boca y los dientes en la felación, hay que tener en cuenta que lo mejor para realizar una felación es, cerrando los labios sobre el glande, alternar movimientos de mera succión y movimientos en los que se combine la succión con el deslizamiento. Este movimiento, al principio muy lento, podrá ir ganando ritmo poco a poco. Lo mismo sucede con la succión. Poco a poco, y de manera progresiva, se irá volviendo más intensa.
Trucos para aumentar la excitación
Un buen consejo para realizar una felación es el de mirar a los ojos al hombre mientras se le está practicando la felación. Al hombre le gusta que le miren a los ojos, por ejemplo, cuando le están lamiendo la punta del glande. Eso le excita mucho. Quien realiza la felación, además, puede obtener a partir de esa mirada una información capital para saber si todo va bien, si a la parte pasiva le está gustando, si la felación está cumpliendo con las expectativas. Si la parte activa no se decidiera, por vergüenza, a mirar a la parte pasiva a los ojos mientras le está realizando la felación, deberá recurrir a otras señales para saber si todo va “como Dios manda”. La respiración más o menos acelerada, los gemidos, los pequeños empujones que se acostumbran a dar con la pelvis cuando se acerca el momento de la explosión orgásmica… cualquiera de esos detalles nos puede indicar que la felación va bien.
Otra buena manera de mejorar una felación y de saber si ésta se está realizando bien o no es preguntar a quien la está gozando. Lo hemos dicho muchas veces: la comunicación desempeña (o debería desempeñar) un papel fundamental en la vida sexual de la pareja. No hay que tener miedo a preguntar. Pero las preguntas no tienen que ser tanto ‘¿te gusta o no?’ (demasiado general) cómo ‘¿quieres más rápido?’ o ‘¿quieres más lento?’. Sólo preguntando podremos perfeccionar la técnica de la felación y sabremos amoldar nuestra mamada a las características y a los gustos de la persona que está disfrutando de ella.
Un buen modo de incrementar las sensaciones experimentadas por el hombre durante la felación es beber un pequeño trago de una bebida fría y gaseosa. Manteniendo ese pequeño trago en la boca, se introducirá el pene en la misma para dejar que las burbujas de la bebida actúen sobre él. El hombre, sin duda, agradecerá ese plus de estimulación.
Al hablar de felación son muchas las personas que experimentan la tentación de gozar de lo que se llama “garganta profunda”, es decir, la felación que se realiza cuando el pene se ha introducido entera y profundamente en la boca hasta llegar a lo más profundo de ella. El poder realizar de una manera lo menos incómoda posible esta forma de sexo oral (que bien fácilmente puede degenerar en náuseas por parte de la parte activa) depende de dos factores. El primero, obvio, es el tamaño del pene. El segundo, la postura que se adopte para realizar ese tipo particular de felación. Buscar una buena y cómoda postura erótica es otro de los consejos para realizar una felación que deben siempre tenerse en cuenta. Una buena postura erótica servirá para que la parte activa se adapte mejor al ángulo y a la curvatura del pene de su pareja.
El último consejo para realizar una felación que hay que tener en cuenta es el de atender a las señales que anuncian la llegada de la eyaculación. Esas señales son las siguientes:
- Aumento de las manifestaciones de placer: gemidos, contracciones musculares de los muslos y el abdomen o empujones de la pelvis hacia quien realiza la felación.
- Ascenso de los testículos y encogimiento de los mismos.
- Endurecimiento máximo del pene.
Advertidas estas señales, la persona que realice la felación deberá saber qué va a hacer con el semen eyaculado. Las opciones básicas son dos: retirar el pene de la boca justo antes de la eyaculación o dejar que la eyaculación se produzca en el interior de la boca. En este caso, la persona que realiza la felación puede optar por escupir el semen o, en su caso, por tragarlo.
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