Es difícil concebir la práctica del BDSM sin que tarde o temprano deba participar en la escena un juego de esposas. Éstas pueden estar hechas de cuero u otros materiales más o menos flexibles, pero sin duda son las esposas rígidas de aluminio o acero inoxidable las que, por su impacto visual, atraen las preferencias de los practicantes del BDSM. El uso de unas esposas metálicas en el juego BDSM, sin embargo, exige que se extremen las medidas de precaución que impidan que puedan producirse accidentes y lesiones que conviertan un juego divertido y excitante en algo mucho más desagradable y doloroso.
Lo primero que hay que tener en cuenta al usar unas esposas para BDSM es la calidad de las mismas. En la práctica BDSM, la calidad de los instrumentos utilizados es sinónima de seguridad. Las esposas no escapan a esa ley. Unas esposas baratas o de mala calidad pueden, por ejemplo, tener bordes contantes que, al contacto con la piel, causen heridas. Buscar una marca de prestigio en una armería para conseguir tus esposas profesionales o buscar un sexshop de confianza (como puede ser Sexshop Dreams) para comprar tus juguetes eróticos siempre es una opción segura y responsable.
Cuando vayas a comprar unas esposas para BDSM, procura que éstas posean un mecanismo de doble bloqueo. Este sistema de seguridad sirve, fundamentalmente, para evitar que el esposado pueda apretar demasiado las esposas al debatirse contra ellas. Este sistema debe probarse de manera más o menos periódica cuando no se utilizan las esposas para evitar que puedan trabarse o funcionar incorrectamente en un momento no deseado. Una vez colocadas las esposas al esposado debe activarse el bloqueo.
Unas esposas para BDSM estarán bien colocadas cuando entre ella y la piel y carne del esposado exista una cierta holgura. Entre las esposas y la carne debe caber un dedo meñique. Con eso basta para sujetar las muñecas. No tiene ningún sentido apretarla más. Si se aprieta más aumentan las posibilidades de producir una lesión.
Para reducir al mínimo dichas posibilidades de lesión hay que evitar también el realizar suspensiones sirviéndose de las esposas. Nunca debe realizarse una suspensión BDSM colgando a la persona de las esposas. Hacer eso puede causar daños irreparables en algún nervio. Tampoco se debe hacer dormir a la pareja con las esposas puestas. Ni se debe golpear la muñeca con las esposas. En el primer caso se puede generar un problema circulatorio. En el segundo, producir una rotura del escafoide.
La mejor manera de esposar a la pareja es hacerlo con las manos a la espalda y colocándolas con las palmas juntas. Esta postura es más cómoda y segura que si, con las manos a la espalda, se esposan las manos con sus palmas hacia fuera.
Finalmente, algo que hay que tener siempre presente cuando se juega con esposas y se introducen éstas en la práctica sexual es la cercanía de las llaves. Las llaves deben estar siempre cerca de nosotros, a nuestro alcance. Pocas cosas hay tan frustrantes en una práctica BDSM como necesitar abrir unas esposas en un momento determinado y no poderlo hacer porque no se encuentran las llaves de las mismas. Tener un recambio de ellas es una buena opción para evitar ese tipo de problemas.
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