Beate Uhse era Beate Rotermund hasta que adquirió el apellido de su marido en 1939, veinte años después de que naciera en la Prusia Oriental. Su marido, como ella, era piloto de la Luftwaffe, la fuerza aérea alemana durante la época nazi y, por tanto, durante la Segunda Guerra Mundial. Pero lo que ha Beate Uhse le permitió pasar a la historia no fue el hecho de ser piloto de los cazas alemanes ni trasladar a éstos desde sus fábricas hasta los acuartelamientos o lugares en los que debían ser utilizados, sino convertirse en propietaria del primer sexshop de la historia y, gracias a eso y a su éxito, de todo un imperio destinado a la satisfacción de los deseos sexuales de miles de personas.
¿Qué caminos vitales llevaron a una piloto de la Luftwaffe a conseguir ese dominio sobre el mercado de los juguetes eróticos? Cuando Alemania estaba a punto de firmar la rendición y Berlín era un montón de escombros y humo, en los últimos días de la guerra, Beate Uhse viajó hasta Nordfiesland, en la frontera con Dinamarca. Tras la guerra, su trabajo en una granja le permitió ponerse en contacto con muchas mujeres refugiadas con historiales de embarazo no deseado. Eso le dio la idea de promocionar los métodos anticonceptivos y de higiene sexual en un folleto que, publicado en 1946, tenía el título de Letra X. En ese folleto se promocionaba el uso de preservativos y también el del método Ogino-Kanus, basado en la contabilización de los días del ciclo menstrual para conocer aquellos días en los que la concepción es más factible y, por tanto, también de los días en que puede practicarse sexo reduciendo al mínimo el riesgo de que ésta se produzca.
La edición de ese folleto abría un nuevo camino que Beate Uhse no tardaría en explotar. En 1947 inauguró un servicio de venta por correo fundamentado en un folleto/catálogo de 8 hojas. Cinco años después, en 1952, ese catálogo tenía 32 páginas y 50 productos. El éxito del catálogo fue absoluto: más de doscientas mil personas lo solicitaron. Este impulso hizo que naciera Beate Uhse AG, una empresa de productos eróticos que, con los años, ha llegado a tener hasta un canal propio de televisión. En 1954 el nombre de Beate Uhse fue registrado en el Registro Mercantil y en 1962 se produjo un hecho fundamental: Beate Uhse abrió en Fleusburgo el primer sexshop del mundo.
La apertura de este primer sexshop mundial chocó contra muchas mentalidades y dio paso a un tiempo de persecuciones y de lucha legal. Beate Uhse defendió en todo momento el “derecho a la sexualidad libre” y fue ampliando su imperio de lo erótico. En 1989, apenas dos días después de la caída del muro de Berlín, Beate Uhse abrió una tienda en la Alemania del Este. La inauguración del museo erótico Beate Uhse en Berlín (un museo que atesora más de 5.000 artículos u objetos eróticos y que recibe más de 300.000 visitas al años) y la cotización en bolsa de la empresa en 1999 son dos muestras del éxito logrado por esta mujer que quedará siempre para la historia como una pionera que volcó todos sus esfuerzos en perseguir el aumento del placer sexual de la pareja.